02 | Novata

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Willow.☀

Cabizbaja me acerco a la puerta de la entrada, me sé de memoria el camino empedrado, no doy pasos en los lugares incorrectos y esquivo una que otra roca que podría hacerme tropezar; casi nunca cambia la posición de las piedras es casi igual.

En mi casa reina el silencio, las luces están apagadas, el entorno es casi negro. Me quito la mochila del hombro, esta cae al suelo ocasionando ruido. Me quedo ahí parada, sin saber muy bien que hacer. Debato mentalmente entre subir las escaleras y refugiarme en mi cuarto, o acercarme a la cocina, dónde sé que está mi madre.

Suspiro y hago lo segundo, es más apropiado.

—Hola, mamá —Sonrío.

Ella esboza una amplia sonrisa al verme.

Mi corazón se encoge, es el vivo retrato de mi hermana. Desde ese día, no la aún vuelto a nombrar. ¿No recuerdan a su propia hija?
Pero no puedo culparla de nada, mi madre siempre me ha ayudado en todo, confía en mí, piensa que soy un ángel. Pero eh, los ángeles excepcionalmente fuman.
Siempre le gusto que fuera tan dulce, inocente y torpe. Dice que ama mis rarezas y nunca se atrevería a juzgarme. Amo a mamá con todo mi ser, al igual que mi padre. Él era igual que mamá. Los dos tienen un diamente por cerebro y una sonrisa envidiable.

Aunque Caleb Valentine era un apasionado del metal, vivía al máximo los conciertos de sus grupos favoritos. En cambio, mi madre fue fan siempre de Aretha Franklin. Ella ama la naturaleza y los animales.

Algún día se convertira en la mujer pájaro, apuesto por ello.

—¿Cómo te ha ido el día, cariño? —Pregunta de espaldas a mí mientras prepara un sándwich.

—Cómo otro día cualquiera —Me encojo de hombros.

Suelta una risita divertida.

—Willow, sé que la Universidad está siendo complicada para ti. Eres un persona torpe y despistada.

Río con ironía.

—Pero eres sumamente inteligente, así qué no te desquicies —Agrega.

Entonces sonrío, pero antes de abandonar la cocina decido hacer la pregunta que lleva tres años persiguiéndome.

—¿Echas de menos a Sky? —Suelto, con rapidez.

El cuerpo de mamá se tensa y voltea lentamente.

—¿A qué viene esa pregunta?

Suspiro —¿Sí o no?

Esa apoya sus antebrazos en la encimera y sus ojos claros me enfocan, analizando mis movimientos nerviosos.

—Sí, obviamente echo de menos a mi hija mayor.

—Entonces, ¿por qué la echaste de casa? —Interrogo.

Mierda, me estaba metiendo en la boca del lobo, pero no podía callarme. Ahora no.

Frunce el ceño —Yo nunca eché a tu hermana de casa.

Abro la boca en shock.

—Ent... —Me corta.

—Ya hablaremos otro día de ese tema, ahora relájate. Tómate una ducha o mejor, cena y haz los deberes.

☁☁☁☁


Mi hermano pequeño era insoportable. Percy Valentine era sinónimo de pesadilla. Para ser un año menor que yo, parecía el mayor.
Parece qué le gusta torturarme antes de venir a clase y eso no hacía mejor mi mañana, pero para nada.
Hizo que me despertará tarde, y además, se comió mi desayuno.

Sweet like candy «Duff McKagan» ✔Where stories live. Discover now