Secrets ☾R. Lupin

❀¿Vodka o Incolatus?❀

Aria sintió, sorpresivamente, un sabor amargo en su bebida; el ponche tenía alcohol. Miró su vaso dudosa, podía jurar que hace unos minutos el ponche no tenía alcohol. Pero al ver a su alrededor, notó que hace unos minutos todos se veían un poco aburridos, y Peter, particularmente, se encontraba nervioso. En cambio, en ese momento, las personas se veían más animadas, otros simplemente estaban besándose en los sillones, y los merodeadores cantaban a todo pulmón con los brazos sobres los hombros en un círculo.

La fiesta de Peter había empezado como un fiasco, pero al parecer el alcohol había podido resolver el asunto. Aria no sentía tanta emoción por el alcohol. Sí, ya se había emborrachado antes, pero a veces prefería no hacerlo. Esa noche en específico no tenía ganas de despertar la mañana siguiente con resaca.

Sin embargo, le había prometido a Peter que no se largaría de la fiesta hasta que sea media noche, porque el sentía que su fiesta sería aburrida y todos se irían antes de las nueve de la noche.

Faltaba mucho para media noche, pero enserio quería irse. Quiso preguntar a Alice si podía irse con ella, pero al parecer Frank había llegado antes y ya estaba besándola sin importar lo que pasaba a su alrededor.

Decidió caminar y no quedarse incomoda viendo las mangas holgadas de su vestido fingiendo que no estaba apretada e incómoda en un extremo del sillón.

James había traído su tienda de acampar, la cual se veía muy pequeña por fuera, pero por ayuda de magia, adentro era muy amplia. Habían varios sillones y la luz tenue era por alguna razón colorida. El tocadiscos reproducía canciones de la época. Y se podía sentir la alegría de los presentes. Y lo genial era que todo era que no usaban ni una quinta parte de la sala común de Gryffindor.

Peter era el alma de la fiesta.

–Leroy, boy, you're my friend– cantaba Peter con su brazo sobre los hombros de Sirius– You say how...

–... and I'll say when– respondió Sirius.

–Come and meet me down the street– Aria no pudo evitar reír por lo gracioso que se veían sus amigos. Sirius tenía las mangas de su camisa hacía arriba y por alguna razón las bastas de sus jeans también se encontraban enrolladas hasta las rodillas. Peter, en cambio había optado por quitarse la horrible corbata verde con anaranjado y amarrársela a la altura de la frente.

–Y eso, brujas y hechiceros, fue We gotta get you a woman, de Todd Rundgren– gritó Remus, con su usual saco de lama amarrado en su cintura y un extraño sombrero que nadie sabía de dónde se había sacado. Sus mejillas coloradas, como las del resto de los merodeadores. Varios aplausos fueron la respuesta ante el espectáculo que hicieron Sirius y Peter. Peter no paraba de hablar sobre lo maravilloso que era el tal Rundgren y los geniales que eran sus conciertos. Aria solo se unió a los aplausos.

Poco a poco, los invitados de otras casas se fueron a sus respectivas salas porque sabían que luego sería más difícil esquivar a Filch y a la astuta señora Norris. Fueron pocos los Gryffindors que decidieron quedarse, en otras palabras, los que todavía estaban tonteando dentro de la tienda eran los amigos más cercanos a Peter.