Ernesto

2.7K 408 404
                                    



Miguel observo como Hiro caía a los pies de Ernesto mientras se llevaba sus manos al estómago – ¡Hiro!- grito el mexicano llamando la atención del encapuchado, cosa que aprovecho el genio para asestar un golpe a su agresor.

O al menos lo intento, ya que su enemigo logro esquivar cada ataque que el chico le lanzaba – ¡Miguel, ayuda a Pepita!- le grito al pequeño músico - yo me encargo – dijo mientras lanzaba más golpes con el hueso

Pero sus intentos fueron inútiles ya que ninguno de sus ataques logro dar en el objetivo y durante uno de los mismos, perdió el equilibrio, lo cual le dio la oportunidad a Ernesto de contraatacarlo desarmando al chico.

Le propino un golpe que lo dejo semiconsciente haciéndolo caer, una vez que el genio toco el piso, el esqueleto encapuchado coloco su bota en la espalda del chico restregándolo en el suelo y evitando que pudiera ponerse de pie.

El Rivera se quedó inmóvil por un momento observando la escena, no esperaba que Ernesto los tomara desprevenidos de esa manera, quería hacer algo, pero desde su encuentro con Ernesto en su primer viaje a ese mundo, había desarrollado un temor hacia su persona.

El esqueleto parecía ser consciente de eso, y parecía que le gustaba, ver la cara de terror de Miguel le provocaba una embriagante satisfacción, "que pasaría si..." pensó para sí, entonces dio un par de pisotones al Hamada sin dejar de observar a Miguel, quería ver su reacción.

El músico al ver esto se abalanzo contra el esqueleto para sorpresa del mismo, no se esperaba esa reacción por parte del niño que trato de golpearlo con el mazo improvisado, pero lo esquivo fácilmente y arrojando al suelo al infante.

Miguel inmediatamente se puso de pie dando un salto para poner algo de distancia con Ernesto que después de esquivar a Miguel volvió a su posición original manteniendo cautivo a Hiro – Quédate quieto muchacho- le dijo al chico a sus pies mientras le propinaba otro pisotón.

El Rivera se tambaleo un poco, estaba cansado, las piernas le temblaban y apenas podía sostener el hueso que luchaba por volver con su dueño, la lucha había durado demasiado y no estaba acostumbrado a ese tipo de actividad.

Estaba a punto de arremeter nuevamente cuando un grito a su espalda llamo su atención, uno de los secuaces de Ernesto intento someter al chico, pero este logro evitarlo y después de una breve lucha hizo volar el cráneo de su atacante.

Cuando giro para encarar nuevamente a Ernesto se quedó petrificado, Ernesto le sonreía maliciosamente mientras que sujetaba a Hiro que ya había recobrado el conocimiento, alzándolo mientras le colocaba una daga en el cuello.

E- Muy bien muchachito, ¿Qué te parece si te quedas quieto? – decía mientras presionaba el filo de la daga contra el cuello del chico

M- Maldito cobarde – dijo mientras lagrimas corrían por su rostro- déjalo

E- Que te quedes quieto o... - dijo mientras hacia un ademan de que le cortaría el cuello a su rehén

Miguel dedico una penetrante mirada asesina a Ernesto mientras apretaba fuertemente su arma para dejarla caer al suelo, el fémur retumbo en el suelo dando pequeños botes mientras se deslizaba hasta su dueño original.

E- Vaya, vaya, que mirada es esa, temería por mi vida, pero, bueno tu me comprendes ¿no?

M- Cobarde, eres un...

H- ¡Cuidado Miguel! – interrumpió, pero ya era tarde otro de los secuaces le había asestado un golpe al chico lo suficientemente fuerte como para abatirlo

Anomalía [Higuel]Where stories live. Discover now