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Esta no es una historia ficticia como las que suelo escribir, no tienen por protagonistas lindas estrellas asiáticas ni es basada en situaciones inventadas.

Es una historia sobre mí, conmigo por protagonista, y basada en horribles situaciones que muchas personas vivimos diariamente.

Es una historia sobre el transporte público, sobre el acoso callejero y el miedo de volver a subir a un bus sola y que alguien me acose, me toque o quiera llevarme consigo.

Porque a mis cortos -ahora, 2018-, 16 años, ya he sufrido acoso más de una vez, y como la mayoría de las veces, todo ha quedado en nada.

El acoso es algo horrible, terrorífico y asqueroso, y me siendo avergonzada y humillada porque en más de una oportunidad alguien mayor se ha creído con el derecho de acostarme verbal y físicamente en un transporte público a plena luz del día, con testigos que no han hecho nada para ayudarme.

Y quiero escribir sobre esto porque si algún día salgo, ya sea a la escuela, a juntarme con amigas, al centro comercial o a cualquier otro lugar y termino siendo violada, asesinada, descuartizada o simplemente desaparezco, quiero que quede un registro de todas las veces en las que alguien se creyó con el poder de pasar por sobre mí y nadie, ni las autoridades de este país, hicieron nada por mí, y los acosadores terminaron libres.

Porque un "¿Y qué podemos hacer?" puede destruir la vida de una persona, porque los "¿y cómo ibas vestida?", "¿a qué hora estabas en la calle?", "¿por qué estabas sola?", "¿seguro no lo miraste?", "¿no te le insinuaste?" son asquerosos y son una burla para una persona que acaba de pasar por una experiencia tan horrible como el acoso.

Y porque a final de cuentas, siempre para todos, va a ser mi culpa, por lo que vestía, por cómo lo miré, porque no iba con un hombre acompañandome, porque seguramente yo hice algo que desató él acoso, yo lo incité a acosarme, yo no me cuidé. Todo fui yo.

Es momento de que dejemos de proteger a los acosadores y protejamos a las víctimas.

Yo no tengo que cuidar la forma en que me visto, a la hora que salgo, en que parte del bus me siento, como miro a las personas, si voy con los hombros descubiertos o no, si esa falda es muy corta o no.

Yo no soy la que tiene que cuidarse.

Ellos tienen que dejar de acosar.

Y estoy harta del "Cuidate más", "No salgas más sola" porque lo único que hacen es proteger personas asquerosas y que no se merecen nada.

No quiero tener miedo de salir a la calle, de subirme a un bus, o de sentarme en este, pero lo tengo, tengo miedo de que un hombre se siente a mi lado, tengo miedo de que alguien me hable y entro en pánico al más mínimo contacto. Lo odio. Así que por eso hago este diario, porque así, si algún día alguien termina por sobrepasar la línea del acoso y me hiere más que psicológicamente, estará este respaldo, para que todos sepan que esa no fue la primera vez, ni la segunda.

AcosoWhere stories live. Discover now