Shoudou Alarm

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♪♪♪Las alas que me has dado
Son tan poderosas ♪♪♪

♪♪♪Es tan inexplicable que empiezo a tener fe en mi futuro ♪♪♪

♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪

♪♪♪Mi ansiedad esta sonando sin parar
Como un despertador molesto ♪♪♪

♪♪♪¿Podría ser esto una señal importante de algo?

♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪♪

♪♪♪Mi divina vida comenzando a girar, esta indicando un principio ♪♪♪

♪♪♪No voy a pasar por alto incluso el pedacito más pequeño de mi motivación...♪♪♪♪♪

—Wahh!! Y-Yukina!...

—Adoro escucharte cantar— el castaño se alejo de la puerta en que se encontraba para abrazar al pequeño azabache, quien estaba algo avergonzado se ser escuchado.

—yo.. No... No canto muy bien...

—¿bromeas? Cantas hermoso amor.

—Yukina...

—¿si?

—debes revisarte los oídos

—jajaja no amor, te aseguro que mis oídos funcionan bien, por cierto... ¿No has considerado el quedarnos más tiempo?

—de ninguna manera, ¡nos iremos hoy!

—pero solo hemos estado aquí un solo día

—no... No me interesa— comentó desviando la mirada

—bueno, ¿qué te parece si a cambio de quedarnos más tiempo te consigo un pastel de chocolate como el de ayer?

—¿eh? ¡Imposible! Dijiste que no había más

—bueno, eso es cierto pero, eso es porque solo hice uno

—¿qué dices?

—digamos que, yo te hice el pastel de chocolate pero, cuando te vi con el guardia... Me puse celoso y, tire el pastel a la basura

—¡¿estás diciendo que podías haber hecho más desde un principio?!

—bueno, si, por eso... ¿Que tal si hago otro para ti?

—... Est-esta bien...

—¡lo haré de inmediato!— Yukina se puso feliz mostrando una gran sonrisa que sorprendió al azabache debido a toda el aura brillante a su alrededor, sí, un pastel lo convenció de quedarse por al menos un día más en aquel lugar.
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Meses después.

Shouta comenzó a sentir molestias, estaba comenzando a tener dolores de parto, pese al mal pronóstico de parto prematuro, los pequeños gemelos resistieron hasta el noveno mes, era Diciembre y hacia frío, Yukina llevo al azabache al hospital donde fue atendido con urgencia, y para su suerte pudo quedarse al lado del azabache durante todo el procedimiento. El primero en nacer fue Nai, Mai nació minutos después pero ambos estaban completamente sanos. Después de un rápido vistazo al momento de nacer los gemelos, Shouta cayó inconsciente.

Estaba cansado...

Tenia sueño...

Pero también estaba feliz...

Realmente emocionado...

Pero muy agotado...

No era para menos...

El hecho de ser un hombre, de estatura pequeña, no muy fuerte y el haber dado a luz a dos pequeños angelitos lo había agotado demasiado por lo que poco a poco fue cerrando sus ojos dejándose llevar por el sueño, por lo menos hasta que en unos momentos mas le trajeran a sus bebes para al fin tenerlos entre sus brazos...

Despertó al cabo de una hora y vio a Yukina junto a el dentro de la habitación, con una expresión de afecto hacia él mostrándole una sonrisa.

—Yukina...

— hola amor, descansa otro poco.

—no, quiero ver a mis bebés

— buscaré a una enfermera entonces— Yukina salió de la habitación y volvió momentos después con una expresión de extrañeza en su rostro, Shouta espero a que llegara a su lado antes de cuestionarlo,

—Yukina... ¿Dónde están los bebés?— su voz sonaba temblorosa y con algún rastro de miedo— ¿los traerán pronto, verdad?

—bueno, fui a preguntar por ellos pero, la enfermera dijo que su abuelo vino a verlos y que los iba a traer a la habitación porque tú querías verlos...

—pero... Mi padre aún no ha llegado aquí y...

—tal vez fue directo a verlos así que será mejor esperar a que llegue con ellos así que no te preocupes ¿de acuerdo?

—b-bien...

El sonido de la perilla dando vuelta se escuchó y el azabache sonrió al ver a su padre pero esa sonrisa se torno en confusión al ver que entraba solo

—Shouta... ¿Cómo te encuentras?

—bien... Estoy bien pero papá, ¿dónde están los bebés?

—¿los bebés? Dímelo tú, yo he venido a verte y a ellos también

—¿¿que?? No... ¿No estaban contigo?

—¿conmigo? Pero si acabo de llegar...- viendo la cara de espanto de ambos claramente reflejada en sus rostros Ukyo salió de la habitación a toda prisa seguido de Yukina y ambos se dirigieron hacia los cuneros buscando por todas partes pero, efectivamente... Los bebés no estaban ahí...

—¡¡señorita!!- Yukina detuvo a una enfermera que pasaba por allí, la cual estaba sorprendida y sonrojada al ver al guapo príncipe— disculpe pero, ¿dónde están los pequeños gemelos Yukina?

—¡ah! ¡Los gemelos! Su abuelo quiso verlos y...

—señorita, el abuelo de esos bebés soy yo y no tiene ni diez minutos que he llegado al hospital y, ¡no los he visto ni una sola vez!- Ukyo había interrumpido a la chica que lo miró sorprendida— su otro abuelo no está en la ciudad, así que es imposible que fuera uno de nosotros dos, ¿¿dónde están mis nietos?? ¡Dígamelo por favor!

—yo... Yo...

—¡señorita, por favor! ¿¿Puede decirnos como era la persona que vino por ellos??- Yukina se veía desesperado y estaba preocupándose enserio por saber donde se encontraban sus hijos, la chica sin embargo parecía ya algo aturdida.

—bueno, ya que lo menciona... Era un hombre de aproximadamente 50 años o más... Tenía el cabello oscuro, ojos cafés, piel clara, llevaba un collar de gema en forma de gota... Y una cicatriz en una de sus mejillas

—no... no... ¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡Mis bebés no!!! ¡¡¡Mis hijos!!! ¡Mis pequeños hijos!- el azabache estaba detrás de ellos apenas sosteniéndose de la pared y lloraba al darse cuenta de que era Ken quien se había llevado a sus hijos lejos de él...

Festejando el cumpleaños de Kisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora