Un Año Después

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El poder de decidir que es real y que no lo es, viene desde la propia voluntad y la propia voluntad viene de pensar y pensar para nosotros es tener la mentalidad.

Me gustan las noches en mi ciudad. Son frías, sin nubes estorbando el cielo oscuro, sin luz viajando a través de nosotros. Simplemente unos miles y millones de destellos color plata en el cielo, algunos parpadeando, como si trataran de hablar, de contarnos una increíble historia. Entonces comencé a entender que toda esta vista me encanta. Nunca había pensado en esto, en la forma en la que ver a unas estrellas, puede cambiarte la mente.

En mis manos cargaba una libreta y un bolígrafo. Creí que estar en el jardín de la casa, me ayudaría a tener muchas ideas para escribir, pero la verdad es que no hay nada. Lo importante es una sola cosa: como me siento ahora. Muchas personas miran al cielo nocturno recordando que tienen una esperanza y es así, pero muchas de esas visiones a la esperanza, son en un tiempo pretérito perfecto. Te haces una idea de que pronto, mañana, todo en tu vida cambiará para mejorar. Siempre, en futuro. Nunca en presente. No critico a esas personas que lo hacen, porque incluso mi papá piensa así algunas veces. Pero yo no. Yo sé que mi vida, es un presente constante. Todo lo que hago en este momento importa y mi mamá siempre dijo que nuestras acciones tienen un objetivo, por muy ridículo que parezca. Ahora sigo en el jardín, acostado sobre el césped recién cortado, mirando a las estrellas, sin aterrizar mis ideas, con una libreta con hojas en blanco. Pero con mi esperanza en tiempo presente.

En un libro, leí una frase muy motivadora para mí.

La frase decía: Algunos de nosotros viviremos nuestras vidas como si huyéramos de nuestras propias ideas. Algunos de nosotros moriremos de viejos, pero muchos de nosotros murieron jóvenes de lejos. Pero no esperaría que lo entendieran, porque las cosas nunca salen como esperan. Solo quería que te conociera y nunca más caminar sobre este camino sola.

Pude ver una estrella fugaz. En cuestión de segundos, desapareció. Entonces pude tener una sola idea, finalmente pensé en algo para poder plasmar en esa libreta.

«¿Piensas en escribirle a ella?» ¿A quién? «A la señorita rubia.» ¿Qué te hace pensar eso? «Estabas pensando en ella mientras mirabas arriba.» No lo hacía. «Estabas pensando en ella cuando estabas apunto de escribir algo.» Por favor, para. «Nunca la olvidarás, ¿es eso?» Detente. «Ya tiene como diecinueve años, ya está muy grande y es muy popular.» Por favor. «¿Qué es lo que te duele más, Cass?» Mi vida esta perfecta. «Sí, claro. Tu mundo gira alrededor de un Sol, amigo. Tu vida es como una galaxia, llena de millones de maravillas cósmicas, pero siempre girarás alrededor de un centro.»

Entonces cerré los ojos. Ella estaba ahí. Nuestra primer y última fiesta juntos, viendo al cielo, ella con un mapa astronómico, yo con miles de pensamientos girando alrededor de ella.

Recordarla, no me permitía pensar que mi vida era una galaxia. Recordarla me hacía pensar que mi vida es una estrella gigante y ella el agujero negro activo justo frente de mí. 

Capítulo & VersoWhere stories live. Discover now