El lobo de la reina.

1:Reencarne en un nuevo Mundo.

Capítulo 1:Reencarne En Un Nuevo Mundo

"Los matare a todos sin importar si tengo que bajar del cielo o subir del infierno"

Fueron las últimas palabras que dije antes de llegar a este lugar donde sólo reinaba la oscuridad donde la única luz visible eran las de mis manos que ahora eran tan blancas como la nieve junto a con todo mi cuerpo, supongo que esto debe ser a lo que sele llama alma
puede que me convertíera en un espíritu o fantasma en pena, aunque la verdad no me importa, lo único que quiero saber es por qué estoy aquí ¿es acaso que esto es lo que hay después dela muerte? O solo me convertí en alguna especie de alma en pena por mis palabras, no lo se tampoco es que me pueda mover para averiguarlo mucho para averiguarlo, lo único que me queda es esperar a que alguien venga por mi o solo esperar a que pase algo.

Seguí en la oscuridad por dos días más hasta que mi cuerpo o alma pudo moverse solo para sentir nauseas ya que mi cuerpo o alma cayó de aparentemente una gran altura así que después de recuperarme un poco me fije en el suelo que aunque era oscuro como el resto del lugar sombrío lugar pero aún así se distinguía levemente donde lo que más resaltaba eran unos ojos purpura a lo lejos, así que solo me digne a observarlo a la distancia hasta que él mismo suelo de la habitación me obligó a acercarme hasta estar frente a frente de esa persona que era un hombre de cabellos rubios con una vestimenta negra donde lo único que podía resaltar eran sus ojos ya que estos parecían los de un muerto o algo que ya no tenía alma.

Voz en la oscuridad: Al final tuve que obligarte a acercarte, que molestia... pero no importa te llamas Chuy ¿verdad?

Chuy: ¿Q-quién eres?

Voz en la oscuridad: los mortales nos llaman comúnmente dioses por lo que llámame Dios si quieres.

Chuy: ¿Dios dices?

Dios: Si pero no te confundas yo no soy el Dios de tu mundo original.

Chuy: Vale entiendo pero ¿me podrías decir porque estoy en un mundo diferente al que morí?

Dios: Digamos que llamaste mi atención y tuve que hacer algunos tratos con el Diablo de tu mundo para obtener tu alma en perfecto estado ya te quería tal y como estabas.

Chuy: ¿Porque tomarse tantas molestias?

Dios: Seré breve, los Dioses jugamos un juego cada 500 años el cual necesitamos una pieza para participar y tú eres mi pieza

Chuy: ¿Tu pieza?

Dios: Te lo explicaría pero tenemos un problema de tiempo así que te daré mi bendición en este momento
*coloca su mano en la cabeza de chuy*

[¡Ding!, BENDICION DEL DIOS DE LA IRA Y LA VENGANZA/OBTENIDA]

Chuy: ¿Espera el Dios de qué?

Dios: Te dije que era diferente a tu Dios pero no perdamos el tiempo, ahora una pequeña introducción, ¿Alguna vez jugaste algún juego mmorpg?...

Chuy: ¿Eh?, claro he jugado juegos de ese estilo.

Dios: Perfecto este mundo es igual a esos juegos, fin de la introducción.

Chuy: ¡¿Q-que eso era todo?!

Dios: Bueno se acabó el tiempo, nos vemos en 5 años, asegúrate de volverte fuerte o morirás

Después de esas palabras no pude decir nada ya que este dios me empujó de la nada haciendo que cayera en un agujero que se había formado en el suelo donde este parecía más un hoyo negro por el cual caí por unos 20 minutos hasta que sentí como mi cuerpo era levemente presionado seguido de sentir un golpe en la cabeza donde después de unos minutos estire mi mano para sentir algo parecido a una bolsa de plástico húmeda donde intente romperla pero no importaba al parecer cuanto lo intente esta no daba rastros de ceder y poco a poco empecé a entrar en pánico ya que no solo estaba ciego sino que estaba atrapado dentro de una bolsa en quién sabe dónde ,sentí que esto sería una muy mala broma del Dios que me mando aquí si moría a los pocos minutos por falta de oxígeno por lo que luche con todas las fuerzas que me quedaban desesperado por aire pero yo sentía que no estaba logrando nada y aunque parezca humillante llore y llore como nunca había hecho antes incluso en los últimos momentos de antes de mi muerte ni una sola lagrima se asomó por mis ojos y ahora estaba llorando porque moriría sin siquiera haber tenido la oportunidad de nada.