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Luego de desayunar y tomar un baño, ambos decidieron –más bien JungKook convenció a JiMin– ir al cine, por más cliché que sonara. Estrenarían una película que ambos deseaban ver, eran amantes de la cinematográfica.

—¿Llevas tu suéter Mochi? —preguntó JungKook en la planta baja, mientras le texteaba a Jin que saldrían de la casa en un par de minutos.

—Síp —aseguró JiMin bajando rápidamente las escaleras para tomar la mano de JungKook y salir juntos.

—Me siento tan afortunado de haberte conocido —susurró JungKook minutos después de hacer fila sumergidos en un cómodo silencio, poniéndose tímido al decirlo.

—Has cambiado mucho desde que nos conocimos —JiMin besó su mejilla suavemente y recostó su cabeza en el hombro del otro.

—Tú me cambiaste —JungKook juguetetaba con los pequeños dedos que tanto amaba de su novio. Le encantaba tomar su mano, era pequeña a contraste de la suya y suave, muy suave. Amaba todo de JiMin, desde sus pies hasta la más mínima hebra de cabello.

En el pasado JungKook era muy inseguro con todo, no tenía muchos amigos, actualmente tampoco tenía muchos amigos, pero más que en aquella época. Antes sólo tenía a TaeHyung. Sufría de constante bullying por sus compañeros mayores y sus padres trabajaban todo el día.

JungKook odiaba esa vida, lo único bueno en ella era su mejor amigo, que por desgracia no podía estar con él siempre, pero lo apoyaba a pesar de que nadie más lo hiciera.

Luego llegó JiMin, un alumno nuevo el cuál encajó a la perfección con todos, no tuvo mayores problemas sociales, todos querían ser su amigo, ¿y cómo no? Pensaba JungKook, era prácticamente un ángel bajado del cielo, física y emocionalmente.

Un día en la cafetería, los de mayores cursos lo estaban molestando y como siempre él no se defendía, nadie más lo hacía a excepción de Tae, pero ese día tuvo que salir temprano de la institución por problemas familiares. Su comida estaba desperdigada por toda la mesa donde estaba sentado y le estaban exigiendo que les diera el resto de su dinero.

—No —ya estaba harto, harto de que todo el mundo lo pisoteara sin razón alguna, harto de que todo el mundo le ignorara.

—¿Qué dijiste basura? —le escupió el mayor en la cara, tomándolo del cuello de la camisa.

—Que no, váyanse —se zafó del agarre del otro y tomó sus cosas para irse.

—Vas a lamentar haber nacido —lo volteó bruscamente y lo estampó contra la mesa. El golpe se escuchó fuerte y atrajo la atención del resto, incluyendo a un pequeño pelinegro.

—Ya lo hago, adelante —le dijo JungKook provocando al mastodonte que tenía en frente, importándole poco que tuviera 2 veces más su masa corporal.

El gigante levantó su puño frente a su rostro y JungKook cerró los ojos.

—¡Alto! —gritó una suave vocesita que a JungKook le gustaba escuchar, un chico pequeño intentaba hacerse paso entre a multitud que se había formado alrededor de ellos.— ¿Por qué vas a golpearlo? Déjalo.

—¿Y a ti qué te importa enano? ¿Quieres morir también? —se burló el mayor haciendo enojar a JiMin.

—A él no lo toques —dijo firmemente JungKook con su voz sonando más grave por el enojo. Finalmente alguien que no era TaeHyung no había ignorado su existencia y su agresor quería herirlo también a él, no lo permitiría.

—Aww ¿es tu novio?  —se burló nuevamente.

—Sí, ¿algún problema con eso? —dijo JiMin cruzándose de brazos con sus mejillas rojas por la ira. Más que intimidante, a JungKook le pareció adorable. Le tomó por sorpresa su respuesta, nadi se hubiera querido involucrar así solamente por él, pero aquí estaba el pelinegro que se había ganado el corazón de todos acabando de ganarse también el del castaño.

—Ya me aburrieron, los mataré a ambos justo aho- —un grito estruendoso calmó y al mismo tiempo, los puso alertas a todos.

—¡Choi! ¡Te quiero en mi oficina ya mismo! —era el director Kim, gracias al cielo había hecho acto de presencia y se llevó a los malechores. La multitud se dispersó y sólo quedaron JungKook y JiMin.

—Park JiMin —extendió su manita frente a JungKook y le sonrió. Era la sonrisa más bonita que JungKook había visto jamás, en serio era un ángel bajado del cielo.

—Lo sé... ¡B-bueno! No lo sé —se atoró JungKook con sus palabras debido a los nervios lo que hizo a JiMin reír, y Dios hasta su risa era bella ¿había alguna imperfección en esa persona acaso?, se rindió y dijo su nombre.— Jeon JungKook.

—Un gusto JungKookie, espero que nos llevemos bien —JungKook miró la mano de JiMin y la tomó entre las suyas notando lo pequeña que era, eso le dio aún más ternura.

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sheets ↬kookmin [국민]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora