✖2✖

3.1K 364 317
                                    

—Jooooooder.— Fueron las palabras que salieron de sus labios al llegar a su hogar, se tumbó hacia el sillón tirando la mochila al suelo, estaba del asco, bueno eso sentía en todo su cuerpo. Su cuerpo sudoroso y su cara parecía que en cualquier momento mataría a alguien.— Owynn hijo de perra.— Murmuró en voz alta, observó de reojo su mochila la cual estaba rota, ¿Por culpa de quién? Adivinen.— Me comprarás una nueva.

— En mi hogar nose dicen ese tipo de comentarios.— La gruesa voz de su hermano resonó en sus oídos, haciéndolo levantar su mano en una señal de saludo.— Vamos, levántate. Necesito que cuides a Abby unos minutos.

El castaño levantó un poco su cabeza.

—¿No vez que estoy del asco?

— Pareces una Beta que le llegó la menstruación.— El de tez morena bufo rodando los ojos con fastidio.— Vamos, solo será unas horas, tengo irme por unas horas.

—¡Bien!.— Contesto en voz alta. Se levantó de un salto del sofá agarrando la descuartizada mochila poniéndola detrás de su espalda entrando a una habitación.— Me debes una.

Por un momento los ojos del azabache y la del castaño cruzaron miradas, ambos eran hermanos gemelos, pero nose parecían en lo más mínimo, ni contar ahora la actitud que tenía cada uno, Fred era un Alfa hecho y derecho trabajando en una empresa reconocida a nivel de su cuidad, estaba recientemente casado con una bella mujer. Si. Con la dichosa pelirroja de mechas naranjas que estaba en una habitación encerrada ¿El porque? Ahora lo sabrán.

Freddy aunque no lo admitiera tenía miedo de ingresar a esa habitación nombrada hace unos momentos, Abby era una Omega como él, se llevaba muy bien con ella, era la mejor mujer que pudo haber escogido su hermano para comprometerse.

—Freddy...— La suave voz de Abby se escuchó al asomar su cabeza a la puerta notando la presencia de la joven.— Adelante.

La pelirroja tenía el cabello suelto hasta sus hombros y un elegante vestido blanco que resaltaba su fina piel, era rellena, pero se lo hacía ver más adorable, acariciaba su estómago ya crecido con cuidado.

—¿Cómo estás?— Pregunto el castaño sentándose en el borde de la cama.

Abby estaba esperando tres hermosos hijos de Fred.

— Bien...— Admitió bajando un poco la mirada.— Pero uffff~ si que actúan como Fred, se nota que serán celosos con su padre, no dejan que tu hermanito me ponga un dedo encima eh.— Freddy empezó a reír, su sonrisa muy pocos la veían y la pelirroja era una de las pocas que lograba hacerlo.— ¿Cómo te fue en la universidad?— Pregunto aquella.

El ojis azules hijo una mueca rascándose la nuca con la mano derecha.

— Bien, ya sabes, no me relaciono demasiado con mis compañeros.

Y que supiera que golpeó a un Beta por andar de miradas con su amigo Bonnie a la hora del almuerzo.

—Sabes...— La de piel fina sonrió.— Fred encontró tus revista porno.

Un silencio se escuchó entre ambos.

—¿¡QUE!? — El rostro del moreno se tornó rojo.— ¡JODER ABBY!

—Necesitas esconderlas mejor, tranquilo, ya resolví todo.— Objeto ella.— Venga hijito, hoy le enseñaré a cómo ocultar las revistas.

—¡Abby!

✖✖✖

Por fin.

Sentía que se estaba muriendo por dentro, su cabeza dolía un poco no por el estar con la pelirroja unas horas de charla con ella, de hecho le encantaba pasar tiempo de calidad con la femenina, si no por lo ocurrido recientemente en su universidad.

—Que se jodan todos.— Murmuró entre dientes volteando su cuerpo hacia arriba observando el techo.

Porque tuvo que ser un Omega. Un asqueroso y horrible Omega, si bien la de mechas naranjas le había comentado que tenía una buena contextura para provocar a un Alfa a tener relaciones con el, el simple motivo que dar preñado y quedarse encerrado en una habitación hasta dar a luz le disgustaba.

Freddy sabía que era diferente a los demás, no quería depender de un Alfa para que consienta sus caprichos.

— Tonterías.— La sensación de poder tener una pareja la cual siempre estará a tu lado hasta la muerte— Estupideces.— Pero existen los contras, los Alfas son unos hijos de perra que pueden cambiar de Omega cuántas veces se le da la gana. Bueno eso es lo que pensaba Freddy en su mayoría.— Jamás dejaré que nadie me haga daño...— Su corazón no era de piedra pero su difícil de ingresar.

El inmenso odio por los de su categoría mayor era inmensa.

Los betas, no tenía nada contra ellos podría decirse que se llevarían mejor en una relación amorosa.

Los celos de Freddy eran normales, las pastillas podían mantenerlo tranquilo unos momentos lo suficientes para pasar su celo en su habitación encerrado. Oh. Pero claro. Jamás estará satisfecho sexualmente al tener relaciones sexuales con un Beta.

Es un pervertido... Estar hablando de estos temas en su mente.

No le importaba si en un futuro se llegará a estar con una mujer o hombre, cualquiera le daba igual.

Aquello del hilo del destino era un asqueroso mito griego que Freddy no creía, Existen varios casos en las noticias de violaciones, muertes y suicidios de Omegas en sus casos.

— Jodida mierda.

— Estás siendo tooodo un rebelde.— Comento Abby en el marco de la puerta.— Fred jamás te enseño esas palabras.~

Freddy levantó un poco la vista.

— Por supuesto que no, Fred es...— El único que lo cuido cuando sus padres fallecieron.— El único Alfa que puedo soportar en mi jodida vida.

|| 『 ✖ ¡NO! ✖ 』 || #GOLDDY #FNAFHS #OMEGAVERSEWhere stories live. Discover now