7. La "charla" y Sorpresas

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Flash Back.

Se sentía inquieta. Era extraño recordar la última ves que paso tanto tiempo en cama. La ventana con las olas azules oscuras con las ligeras acuarelas del sol asomandose indicaba que aún era de madrugada, posiblemente las 5 am de la mañana. Se sentía cómoda, y calientita. Lo último que recordaba era era su batalla con Sasori de Akatsuki.

— Ghg...

Un poco más despierta noto un peso extra en lo que parecía era su cama.

— Naruto.

Su rostro pese a estar dormido dejaba al descubierto pequeñas bolsas y ojeras bajo sus ojos. Debió de haber cuidado de ella. La estrechaba fuertemente entre sus brazos, como si temiese perderla. Y eso la entristecio.

Naruto más que nadie había echo mucho por la aldea. Merecía toda la felicidad. No prometía vivir para siempre, eso era imposible, y más con una profesión como la suya. Pero, lo que si prometía, era aferrarse a la vida, y protegerlo, verlo cumplir su sueño y ayudarlo en todo lo que estuviera en sus manos.

Sakura-chan... no pudo evitar enternecerse al escucharlo llamarla por su nombre.

Descansa, Naruto...

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Estaba agotada. Sus pies ya no podían recorrer otro kilómetro. Estaba exhausta y tenía frio. La noche era abrasadora. Sin embargo, su orgullo le impedía dejarse caer. Tenía que dar una buena impresión a su adorado Sasuke-kun. Gracias a la misión encomendada por Orochimaru, ellos habían podido pasar un largo tiempo a solas, y vaya que trato de acercarsele, desde pequeños hasta obvios movimientos. Y nada parecía funcionar, no pasaba a mirarla más que un misero segundo. No podía desaprovechar la gran oportunidad que Orochimaru le había dado. Dándole la oportunidad de tomarse su tiempo y disfrutar de la misión.

Pero ni uno ni lo otro. Ya tenían el pergamino, y estaba segura que el Uchiha se negaría a pasar la noche en una posada. No entendía como no podía desearla, era hermosa y con buenos atributos. Estaban cerca de las fronteras de la aldea de la hoja y la aldea de la roca. Si aumentaban la velocidad no tardarían en llegar a la guardería en la aldea del sonido.

¿Tu eras de Konoha, cierto Sasuke-kun? pregunto curiosa ante las pocas cosas qué conocia del chico. Y eso, por que su apellido era uno de los más reconocidos entre las naciones shinobis, siendo para nadie secreto la masacre de la misma.

Éste ante su pregunta solo fruncio el ceño tensando su cuerpo y aumentando la velocidad.

Parecía racio al tema.

Tenía que encontrar una manera de convencerlo de pasar la noche en una posada, sería su última oportunidad.

Oh... Sasuke-kun. Hay más de 10 presencias merodeando desde el este y oeste.mintió esperando una reacción.

Sasuke se detuvo de golpe.

Karin. Expande tu radar a 5 km.

Están por las fronteras que van hacía el sonido. Ahora que haremos, Sasuke-kun. pregunto inocentemente fingiendo preocupación.

Tks. Bien, nos quedaremos en la posada.

Es una lastima, si no queda de otra.suspiro fingiendo desinterés. Casi con esfuerzo detuvo la sonrisa de sus labios. Su plan había salido a la perfección.

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