Día 23: Discutiendo

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Bart observaba perplejo la prueba de embarazo casera, sosteniéndola con ambas manos frente a sí. Había estado así por al menos cinco minutos. Al fin dejó la prueba sobre el salpicadero del lavamanos, se recargó en este y suspiró con una sonrisa en sus labios. No lo esperaba, en absoluto; él y Jaime nunca habían hablado sobre tener hijos, mucho menos tan pronto. Pero, maldición, estaba jodidamente feliz. Sentía mariposas en el estómago, tan nervioso y feliz. Se llevó una mano a la boca y una lágrima de pura alegría resbaló por su mejilla. Volvió a apoyar la mano, luego suspiró.

-Voy a ser padre.

Tomó la prueba y se la guardó en la chaqueta, acto seguido salió del baño. Corrió al teléfono de inmediato, esto tenía que decírselo a Wally. Él y Wally eran algo así como primos lejanos, él siempre lo había apoyado y por supuesto tenía el primer puesto en personas de confianza, junto a Jaime y la abuela Iris. Marcó el número y esperó ansioso, moviendo el pie de arriba a abajo, golpeteando el suelo por la espera. Wally contestó al cuarto timbre, cuando Bart estaba a punto de colgar; su voz se escuchaba rasposa y cansada, probablemente lo había despertado.

-¿Hola? ¿Quién habla?-preguntó. Ni siquiera había visto quién le marcó antes de atender.

-¿Wally? Soy Bart, tengo algo que decirte y es muy, muy importante-respondió casi a gritos, por lo que Wally tuvo que alejar el celular de su oído.

-¿No puede ser más tarde?-volvió a preguntar Wally. Bart escuchó un sonoro bostezo.

-Oh, no. Si algo no puede esperar, es esto-contestó Bart con entusiasmo, ¡ya quería decirle!

-Voy para allá-dijo y colgó.

Dicho y hecho, en menos de media hora Wally tocó el timbre del apartamento que Jaime y él compartían. Bart le abrió la puerta y, por supuesto, lo invitó a pasar. Wally se sentó en un sillón, mientras, Bart sirvió dos tazas de café y las dejó en la mesita frente al sofá. Se sentó frente a Wally y tomó su taza para darle un sorbo al café, después volvió a dejarla en su lugar.

-Y bien, ¿Qué es tan urgente como para despertarme y sacarme de mi casa?-cuestionó Wally también bebiendo de su taza.

Bart tomó aire y cerró los ojos con fuerza-Estoy embarazado-soltó, dejando escapar el aire atrapado en sus pulmones.

La mandíbula de Wally cayó. Bart se preguntó por un instante si se le había desencajado. Wally parpadeo varias veces, analizando lo que Bart acababa de decir, evaluando si todo aquello era real. Comenzó a mover la boca y las manos, como tratando de hablar, pero sin que ningún sonido saliera de su garganta. Se pasó la mano derecha por el cabello y se tiró de espaldas sobre el respaldo del sofá.

-Vaya-fue todo lo que logró decir en un buen rato.

Hubo silencio durante un largo tiempo. Ambos estaban sumidos en sus pensamientos; Bart bebía café, el de Wally se enfriaba y ninguno de los dos quería iniciar la conversación inevitable.

La mente de Wally en especial estaba confusa. ¿Bart tendría un bebé? Jamás lo habría adivinado. Conocía a Bart, puede que fuera un impulsivo, pero no era descuidado, no a ese extremo; y luego Jaime... no podía creer aquello. Le asustaba en cierto medida. Bart era como un hermano pequeño, quería lo mejor para él. Aún era muy joven, inexperto, ¡estaba en primer año de universidad! Era muy pronto para algo como eso. Ser padre no era un juego, ni nada de un día; un bebé iba a cambiarle la vida a Bart, para siempre.

-¿E-estás bien con... esto?-

-Lo estoy-aseguró Bart sonriente-. Es... es lo mejor que me ha pasado.

Wally se levantó de su asiento y se acercó a Bart para abrazarlo. Si Bart estaba feliz, él estaba feliz.

-¿Ya le dijiste a alguien más? ¿A Barry, Iris... a Jaime?

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