Capítulo 7: Gracias por nada.

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Narra Jimin.
Una mejor noche no pude pedir, todo el estrés y la soledad que había experimentado durante estos largos días habían sido sanados en el cuerpo de ________ y fue delicioso. Nos quedamos dormidos sin sentirlo, cuando abrí los ojos la ví plácidamente dormida en mi pecho, su respiración era lenta y suave, sus pestañas eran preciosas y largas, su cabello caía sobre mí y sus manos estaban reposando en mi espalda y en mi pecho. Era una lástima que el momento tuviera que terminar así, de la forma tan triste que lo tendría que hacer.

¿Por qué demonios no firmaste el contrato, _________? Esto no tendría que haber acabado así.

Después de apreciarla unos minutos más, acariciar suavemente su tersa piel con las yemas de mis dedos y oler su aroma tan embriagador -joder, podría haberme acostumbrado a esto- tuve que despertarla.

-_________... Despierta, nena.

Suspirando lentamente se movió entre mis sábanas y sin poner quejas abrió sus preciosos ojos, lo que vi a continuación hizo que mi jodido corazón se retorciera y automáticamente me sentí enfadado conmigo mismo, me miró con ternura y me sonrió con tanta sinceridad que me habia estremecido hasta el último nervio del cuerpo... Mi enfado se debía a una simple razón, no estaba acostumbrado a sentirme así. El sexo era algo normal y corriente en mi vida, sin nada de escenas tiernas post- coitales, pero ahí estaba ella mirándome como si conociera todos mis secretos y me quisiera curar el corazón.

Cómo lo siento, nena...

-Buenos días, Jimin.

Joder, joder, ¡coño de la puta madre! ¿por qué maldita razón era tan hermosa? ¿cómo un puto "buenos días" podía sonar así de melodioso? Mierda, estaba un poco jodido.

-Buenos días, _________. Será mejor que termines de despertar y te vistas, te iré a dejar a tu apartamento en 5 minutos, nuestro ensayo será en media hora y no tendré tiempo posteriormente.

-¿Disculpa?

-Como lo escuchaste, apresúrate. Si algún supervisor te mira conmigo estaré en la mierda, así que...

Detuve mis palabras en seco al observar cómo su mirada había cambiado por completo, la ternura había sido reemplazada por enojo, sus dientes estaban mordiendo sus labios con fuerza, demasiada fuerza; en cualquier momento sentía que empezarían a sangrar. Sin quitarse las sábanas que cubrían su cuerpo de ángel salió de la cama y tomando su vestido y su bolso caminó decididamente hacia mi baño, como quien conociese exactamente todo el perímetro de mi hogar. Cerró la puerta con tanta fuerza que los pocos cuadros y fotografías que tenía colgando en la pared temblaron del impacto. Estaba hirviendo y no precisamente de la manera que me gustaría que lo hiciera. Esto era diferente, estaba enfurecida.

Narras tú.
"Si algún supervisor te mira conmigo estaré en la mierda". Conocía el dolor de primera mano, mi vida había sido desesperante de principio a fin, estaba tan acostumbrada al sufrimiento que simplemente ya no lloraba, o al menos eso creía.

Eso creía hasta hoy, hasta este momento encerrada en el baño de Park Jimin.

Me apoyé en la puerta y aferrándome a la sábana que cubría mi cuerpo, lloré. Lloré como una pequeña niña que acababa de perder a su mamá, el vacío era similar. Las lágrimas bajaban por mis mejillas sin detenerse, mis ojos ardían tanto, mi pecho se sentía débil, respirar me estaba costando demasiado... ¿Por qué coños viniste, ________? ¿Por qué siempre eres tan estúpida?

Al observar mi reflejo en el espejo me dí pena, pena por seguir en este lugar. Dejando caer las sábanas me dispuse a colocarme mis bragas y el vestido con rapidez y abriendo el grifo del lavabo enjuagué mi rostro violentamente, me sentía tan jodidamente enojada por llorar así por un imbécil.

MÍA » Park Jimin y tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora