dancing with our hands tired

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Lunes, de nuevo en el instituto. Camino por los pasillos, la primera clase me esperaba.

Entro al salón y ahí estaba el castaño con sus amigos, camine con toda naturalidad. Escuché unos murmullos donde se encontraba el grupito de Shawn.

Me senté en la butaca del fondo, dejé la mochila en el suelo. Saque mi teléfono, mis audífonos, una libreta y una lapicera.

Reproduje "Que Lo Nuestro Se Quede Nuestro" de Carlos Rivera, es una canción demasiado cursi pero de reflejaba mi situación.

Abrí el cuaderno y comencé a hacer cualquier cosa, dibujos, escribir, algo que me desahogara y que no explotara en esos momentos.

Mi mente reproduce todos aquellos momentos que viví con Mendes, buenos y malos.

Ahora soy un desastre que querías o que aún sigues queriendo, eso no lo sé.

Mi mente reproduce el momento en el que Shawn jaló el gatillo y mató a esa niña.

Ese momento se repetía una y otra vez, si quisiera no saldría de aquí como la buena persona que es o es lo que todos creen.

Recuerdo la primera vez que lo mire, cuando era completamente nueva en este lugar.

Recuerdo que nuestro amor nadie lo podría detener, pero tenía un mal presentimiento.

La gente comenzó a hablar, comentando cada uno de nuestros pasos, tuve un mal presentimiento.

Cerré los ojos por un momento, sentí que alguien golpeó con gran brutalidad mi butaca e hizo que me sobresaltara.

Era el profesor, me decía algo pero no lo escuchaba, la música era demasiado fuerte para hacerlo. Me quite delicadamente los audífonos y comencé a escuchar lo que decía.

—Al parecer no tienes interés en la clase. –dijo con una risilla el profesor.
—Creo que usted ha acertado, profesor. –sonreí con malicia.

Qué buen comienzo de semana.

—Vale, la quiero afuera ahora mismo –ordenó.

Tome mis cosas y salí, murmullos se escucharon mientras caminaba entre ellos.

¿Por qué de repente todos murmullan? Algo está pasando.

Salí un poco al frío, eso no me importaba. Mire el árbol donde siempre me refugio, fui y me senté debajo de el. Saque de nuevo mis audífonos y el teléfono para poner música y buscar algo en internet.

Entre al buscador y googlee: muerte.

Tal vez sería una forma fácil de librarme de todo, ¿no lo creen?

Miraba los resultados que la página me había lanzado, había cientos de respuestas, pero una captó mi atención. Sonreí con malicia, tan solo imaginar que puede pasar eso.

Deje el teléfono a un lado por un momento y recargue mi cabeza en el tronco del árbol. Mire hacia arriba y estaban las ramas del árbol sin nada, sin vida como lo era en el invierno.

Cerré mis ojos por unos momentos, apreté mis puños.

Semanas atrás

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