Noche de las estrellas

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Una vez en el apartamento, le di una camiseta ancha para que la usará como pijama y me fui a ponerme yo el mio. Cuando salí del baño vi a Alfred sentado en el sofá, escribiendo en el teléfono.
- Hola Amaia, que guapa.
- Ay Alfred... Gracias.
- Estaba diciendo a Aitana que estas bien para que no se preocupe y se presente en tu casa a las 5 de la mañana como una loca.
Los dos nos empezamos a reír, ya que sabíamos que eso era mas que probable que pasara si no la decía que estaba bien. Y como siempre, no sabia ni donde había dejado el movil.
Me senté en el sofá a su lado. Quería que durmiera conmigo pero a lo mejor era complicar algo las cosas.
- Es demasiado tarde, creo que deberíamos dormir.
- La verdad es que si. Mañana será un día largo y lo mejor será dormir.
- Alfred... yo...
No me salían las palabras. Me agarró la mano y nos miramos a los ojos.
- No quiero que duermas en el sofá después de todo lo que has hecho por mi. Podemos dormir los dos en mi cama, osea no te pienses cosas raras pero es qu
- Amaia, no te preocupes. Dormiré bien en el sofá.
- Por favor, duerme conmigo. Tengo miedo de que me pase algo.
- Vale, no te preocupes.
Y después de darnos un abrazado Alfred fue al baño mientras yo me dirigía a la habitación.
Me tumbe en la cama. Me sentía bastante mal y me estaba empezando a preocupar. Pero no quería preocupar más a Alfred.
Le vi acercarse por el pasillo y se sentó a mi lado.
- Amaix, ¿estás bien?
Por su cara de preocupación estaba segura de que tenía que tener unas pintas horribles.
- Si...
- Amaia de verdad, estoy aquí para que no te pase nada. Si estas mal dímelo que quiero cuidarte.
- Estoy un poco mareada.
- Ven aqui anda.
Me tumbé en el pecho de Alfred. Y la verdad es que me calmé bastante. Todo lo relacionado con el era paz y eso era una de las cosas que más necesitaba en mi vida, siempre.
Cuando él creía que estaba ya dormida me susurró un Te quiero. Es tan bonito.

Pasaron unas horas en las que no conseguí dormir mucho y me desperté con pinchazos en el pecho. No sabia que hacer. Despertar a Alfred no era una opción así que con todo el cuidado del mundo me levanté para ir al baño.
Cerré la puerta y no pude evitar vomitar dos veces. No sabia que hacer. Estaba tan asustada que me había quedado ahí sentada paralizada. Menos mal que tenía en la habitación un ángel de la guarda.

Hola chicxs!!!! Perdonad el retraso de los capítulos estos días. Estaba de viaje y no tenía datos suficientes para subirlos!!! Espero que os guste este capítulo y hoy intentaré subir otro. Muchas gracias a todos ✨

El paso del tiempo.Where stories live. Discover now