Cap.3

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...
Ken: ¿Donde vas?

Su voz me sobresaltó, no esperaba que hubiera nadie en ese pasillo. Me giré y lo vi, estaba sentado apollado en la pared al lado de mi puerta, al ver que me giraba se puso en pie.

Ken: ¿Estás bién?

Preguntó él acercándose a mi, a cada paso que daba yo me alejaba más.

Ramy: ¿Y a ti que te importa?

Dije dándome la vuelta.

Ken: ¿Que pretendías hacer ahí arriba?

Ramy: ¿Porqué preguntas tanto?

Ken: Porque me preocupo.

Ramy: Pero si ni me conoces.

Le dije poniendo los ojos en blanco y mirándolo.
No sé porqué pero pude notar como él se puso un tanto nervioso y ocultó parte de su cara en el pañuelo que llevaba envuelto en el cuello y miró hacia otro lado.

Ken: Pero me gustaría algún día hacerlo...

Dijo sin parar de caminar.
Yo me lo quedé mirando, de verdad que no lo entiendo... soy lo más antipática posible con él, porqué me sigue hablando?
Seguidamente llegamos al ascensor, yo me subí y toqué el botón que marcaba el piso siete y antes de que se cerraran las puertas él subió junto conmigo.

Ramy: ¿Porqué me persigues?

Ken: No me quedo tranquilo después de ver lo que intentabas hacer.

Ramy: Enserio, ¿que más te importa?

Ken: Bastante.

Yo lo miré sin entender, era mi vida la que corría peligro, no la suya.
Finalmente llegamos a la última planta y vi cómo en el suelo estaba mi móvil con la pantalla un poco rota y mis cascos aun conectados y en los que aun se escuchaba mi música. Los cogí y sin mirarle volví a entran en el ascensor con él dentro.

Ken: Oye... puedo pedirte una cosa?

Ramy: ¿Que?

Le dije de mala gana.

Ken: Me puedes enseñar tu brazo?

Ramy: ¿Para qué?

Ken: ¿Puedes o no?

Me dijo un tanto alterado. Yo lo miré extraña y levanté la manga unos tres segundos dejando todos mis cortes al descubierto y seguidamente la bajé. Pude notar como él se me quedó mirando.

Ken: ¿Porqué lo has hecho?

Ramy: Deja de preguntar tanto.

Ken: No quiero, respóndeme.

Yo puse los ojos en blanco y me puse los cascos. Unos segundos más tarde ya habíamos llegado a la planta en donde estaba mi piso. Yo ni lo miré, estaba dispuesta a irme directamente a mi cuarto, encerrarme y no volver a salir. Pero él me agarra de la muñeca y me detiene. Fué una sensación extraña, no creo poderla describir con palabras...

Ken: Estás muy delgada.

Dijo preocupado.

Ramy: Vale.

Dije apartándome de él y siguiendo mi camino.
Él se puso a mi lado y me sacó los cascos.

Ramy: ¡Eh! ¡¿Qué haces?¡ ¡Devuelvemelos!

Le dije estirándose para poder cogerlos, pero él me los apartaba en cada intento que hacía para cogerlo.

Ken: ¿Podemos hablar?

Ramy: ¿Para qué?

Ken: Para hablar.

En ese momento quedé bastante impresionada, ya casi no recuerdo el día en que alguien me pidió hablar por gusto...
Miré el reloj, eran las 00:15.

Ramy: argh... Pasa.

Dije mientras abría la puerta cediéndole el paso. Él me miró con una sonrisa en la cara y me devolvió los cascos mientras entraba en mi piso.

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