No estoy loco.

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Sonó la alarma y el oficial se paró de la mesa y se fue. Yo me quede sentado, cuestionando me el porqué el uniforme de recluso es de color naranja? Me empecé a sumergir en una infinita cantidad de respuestas que podrían ser las verdaderas. No pude contener la curiosidad y le pregunté al guardia que estaba en la puerta la duda en cuestión. (Un tipo, corpulento, cabello de color dorado opaco y tras de esas gruesas cejas habían unos ojos grisáceos profundos.)

-El uniformado se me quedó mirando un rato, examinando me con su mirada.
Mientras que yo tenia mis ojos clavados en él, esperando su respuesta con tal entusiasmo, como cuando un niño pregunta si puede salir a jugar. Haciendo probabilidades de cuál de mis respuestas ya planteadas era la más apropiada.

-Porque es la más barata.
( Respondió mientras masticaba un palillo.)
-( Al darme cuenta de todas las respuestas que me había planteado se resumían en algo tan insignificante, me hizo pensar en la vida. Que vivimos de esto, nosotros mismos nos hacemos creer que es algo maravilloso, algo único, pero que al final es tan simple y ordinario como una hoja en un bosque.) poco después llegaron los doctores por mí. Me guiaron hasta mi habitación, se podía sentir el olor a orina combinado con el hedor de algunos reclusos. Estando allí cerraron la puerta. Me acosté en mi cama hecha de un colchón viejo, mirando las paredes blancas. Ya no era el niño de antes, ahora tengo 18. Escuchaba las ruedas del carrito y el olor a medicamentos e inyecciones que se acercaba, me hicieron sentar y introdujeron las cuatro agujas en mis brazos, sentía la xiloanilina en mis venas y ya estaban haciendo efecto haciéndome relajar un poco, quiero dormir pero el ruido de los lamentos y los gritos de los demás no me dejan. Cada día tengo que evitar contagiarme de la locura ajena,sé que no estoy loco. Sólo es una equivocación de mis padres, y lo entiendo. Por ahora tengo que aguantar más días hasta que los doctores vean que estoy cuerdo.

**Suena la puerta abriéndose**

-Vinieron a verte.(dijo uno de los dos los oficiales)
-Quiénes?
- Tus padres.(abriendo mi celda)
( me paro, él me ata de manos y salimos de mi habitación)
( me siento, los tengo al frente, tardo un poco en reconocerlos,la vejez no les sienta bien)
-Hola, hijo.(se le notó la tensión)
-Hola mamá.(lo dije en tono frío)
- Cómo estas?(lo dijo con pesar)
-Estoy aquí.
( hubo silencio incómodo, luego mi padre me pasó una bolsa oscura por debajo de el vidrio que nos dividía)
-Feliz cumpleaños.
- ( pensaba en abrirla, pero la guarde para más tarde)
- Te extrañamos mucho, hijo.(mi madre me miró con ojos tristes)
-Entonces saquen me de aquí.(mirándolos por turnos y pensando que ellos fueron los que me encerraron aquí)
- No es lo correcto.(dijo mi padre un poco encorvado)
-Padres, todo este tiempo he estado bien.(entrelazando mis dedos)
- El doctor dice lo contrario, dice que todo esto son efectos que causó la desaparición de Zoe.(decía mi mamá cariñosamente)
-No me la menciones.(volteé mi rostro de ellos apenas me mencionaron su nombre)
- Hijo, tienes que aceptar que ya no está.
(Empezaba a ponerme furioso, porque sabía que era mentira)
-No! Ella está viva!(dije entre dientes)
( mi madre me toco las manos)diciéndome:
- Hay que superar las cosas.
-No! Pueden que ustedes sí, pero yo no. Esta viva, lo sé!(parándome de mi puesto)
-Es mentira, Samuel dejalo.(dijo mi mama)
-Dejarlo?! Quieren que me olvide de todo? Hacer como si nunca tuve una hermana? O una hija?
No papá, no soy como ustedes! Yo si lucho por encontrar a mi familia, tan poco significó ella?!(parándome de mi sitio)
-No, no es eso. Sino que hay que admitir que ella yace bajo tierra,que no hay sangre en sus venas desde hace tiempo,que sus huesos se hicieron polvo.(mi papá también se paro)
-Callate, padre! No digas más! No quiero escuchar!
-No hay nada que podamos hacer ya.(lo dijo tranquilo)
-No! Si podemos hacer algo, juntos podemos llevar a Zoe a casa con nosotros!(decía a gritos)
- Está muerta!
-No lo digas!
( la furia que tenía en el corazón, se estaba expandiendo llegando a mi cabeza)
-Dejó de vivir!
-No! Solo callate!
( se mezclaron mis pensamientos y recuerdos de ese día)
-Acéptalo! No la vas a volver a ver! Nunca va a volver, solo te queda sus recuerdos!
( Esas palabras fueron las que rebosaron el vaso, sentía picazón en el cuerpo, rechinaba los dientes, sentía que la cabeza se me calentaba)Y.... No aguanté.

Desaparecida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora