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Alec

Después de dos horas de que nos reprendieron nuestros padres, sobre todo a mí por ser el mayor y el supuesto responsable, me fui a mi cuarto.

Saqué la tarjeta negra con morado que me entregó Magnus, y rápidamente guardé su celular en mi celular así como también me lo memoricé.

No iba a dejar por ahí la tarjeta y no me iba a arriesgar a que se me perdiera, por lo tanto la tiré al retrete.

La mañana siguiente fue prácticamente igual a la anterior, y a la anterior. Nos íbamos de la casa escuchando gritos para después llegar a la escuela y tomar cada quien su camino.

Toda la energía que tenía, se perdió en la clase de arte. Clary estaba feliz y como siempre, me estaba ayudando a hacer trazos decentes.

Saqué discretamente mi celular y chequé mi whatsapp, busqué a Magnus entre mis contactos y cuando le encontré de inmediato miré su foto.

Tan guapo como siempre, le tomé screenshot. Sus perfectos labios, su ropa, sus ojos, todo resaltaba en él.

– Está guapo ¿verdad? – Dijo Clary a mi lado cuando miró hacía mi celular.

– Mucho, ¿sabes algo de él? – No tengo nada que esconderle a mi mejor amiga.

Eventualmente me hubiera preguntado el porqué de mi comportamiento en la cena. Seguramente hasta él se dio cuenta de que me atrajo.

– Pues no mucho en realidad, es un hombre muy preparado como ya viste, se dedica mucho a su trabajo y hasta donde sé, tiene un gato.

– Los gatos me gustan, y... ¿Pareja?

– Creo en estuvo casado hace bastante pero ni siquiera nos dijo él, lo supimos por otro cliente que lo había tratado.

– Casado... Entonces podría ser viudo o divorciado.

– Sí, y según yo, actualmente soltero.

– ¿Cómo puedes asegurar eso?

– Ah dah, tienes su número y deduzco que es el personal porque el que nosotras tenemos, no tiene su cara de foto de perfil. Un abogado como él, no da su celular así como así.

– ¿Qué tratas de decir? – Estaba claro ese hecho pero no sabía cómo había llegado a esa conclusión.

– Le gustaste tonto, por eso te dio su número, no creerás que en serio te lo dio porque no sabías que estudiar ¿o sí? – Sentí mi cara enrojecer.

– ¿Sabes su edad? – Se quedó viendo un punto en la pared, pensando en la respuesta.

– No sé con exactitud, seguramente arriba de treinta cinco.

Estoy algo sorprendido por la diferencia de edad pero era de esperarse.

De un momento a otro, le mando un mensaje a Magnus, mensaje que me respondió hasta la siguiente hora.

Magnus, éste es mi número. Alec.

Guardado de inmediato. – Mi corazón salto de la nada con solo tres palabras.

Espero no importunarte pero dime cuando estés desocupado para pasar por tu casa.

¿Hoy puedes? Misteriosamente hoy tengo libre después de las 4. – Definitivamente mi corazón iba a estallar.

Me parece bien a esa hora.

Le mando mensajes a Jace de que tendré que ir a casa de Clary por un trabajo para que le avise a Izzy. No habrá problemas con ellos; sin embargo, saben qué deben decirle a mamá.

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