Little White Lies (Larry Stylinson) [TERMINADA]

Capítulo 25: "Hurts"

Mi madre detiene la camioneta frente a la puerta de la escuela y me mira.

-Llegamos, corazón

-Gracias mamá -Le sonrío.

-Recuerda, tú debes ser tu mismo siempre, que todo lo que te digan no te afecte. Eres un niño tan fuerte y único que brillas más que nadie.

Mi mamá siempre me da ánimos antes de entrar a clases. A veces puede traerme y a veces se va antes que todos. Y me gusta que me traiga y me diga esas cosas. Es por que sabe que cada día entro asustado, asustado de lo que pueden hacerme. Asustado de que me molesten como siempre. Y enserio que las palabras de mi mamá me ayudan.

-Gracias Mami -Mi madre sonríe y besa mi frente.

-Ten un hermoso día. Besa mucho a Lou -Me pongo rojo y se ríe.

-Supongo... Tú también ten un hermoso día.

Bajo del auto y la miro por ultima vez antes de entrar.

Comienzo a caminar, paso por las canchas y me asomo. Sólo por sí Louis esta ahí. Pero no...

Entro a los sanitarios a echarme agua en el rostro ya que tengo mucho sueño.
Me miro al espejo.

Realmente creo que soy lindo, sí Louis se ha fijado en mi a pesar de todas esas chicas, creo que si lo soy.
Sonrío y acomodo mi flequillo.

Antes de salir, alguien entra.
Y no cualquier persona, sino Stanley, el amigo de Louis.
Me mira, sonriendo con descaro.

Y no debería tenerle miedo, pero lo tengo. Y más por que fue él el que metió mi cabeza al inodoro.

-Harry -Canturrea mi nombre.

-Debo irme, con permiso -Trato de esquivarlo pero se pone contra la puerta.

--Es de mala educación no saludarme... -Estoy temblando.

Se acerca peligrosamente a mi y me hago hacia atrás.
Es muy temprano para esto... Pero sé que ya vienen los golpes o humillaciones.

Me toma del cuello de la camisa.

-¿Quién te ha hecho eso? -Pregunta y con su dedo toca el chupetón echo por Louis. Aún no termina de desvanecerse...

-No t-te interesa -Tartamudeo nervioso.

-¿Fue mi amigo? ¿Louis?...

Su mirada me amenaza, promete cosas malas.

-¡Contesta, maldita sea! -Grita.

-No te importa -Digo, tratando de ser valiente.

-¿Acaso quieres otra visita al inodoro? -Se burla-. Pero bueno, como no cooperas, creo que tendré que obligarte.

No sé de donde, pero ha sacado un pequeño espejo y veo como lo quiebra contra la pared. Me sobresalto.

No.

-Dejame en paz, por favor -Suplicó, temblando.

-No lo creo. Los gays como tú no deberían de existir. Me das asco, marica -Suelta todas esas palabras con tanto odio.

Mientras su mano sigue sujetando mi camisa, con la otra toma un pedazo del espejo roto y lo acerca a mi cuello.

Tengo tanto miedo.
Podría creer que él no parecía tan malo como Matthew, pero estaría equivocado.

Trato de empujarlo pero su mano va directo a mi cuello y me estampa contra la pared.
Estoy pidiendo por que alguien entre. Para que alguien me ayude.