Aquéllos ojos no tienen vida,
No brillan con el reflejo del sol
Yacen huecos.
Huecos por la realidad,
¿Por la realidad al azar?
¿O por capricho del destino?
Ya no ríe aquella alma,
Esta se ha marchitado hace unos años, arrebatando un destello de convicción y de sueños, todo aquello quedó atrás, atrás como los recuerdos olvidados entre la humedad y el polvo.
Ya es hora de callar,
sólo hay un cuerpo podrido,
Un sentimiento solitario.
