III

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Había pasado un mes desde la última vez que había ido a aquel lugar y había estado evitando la intersección en donde se encontraba con el pelinegro todo ese tiempo aunque ahora debía rodear y terminaba llegando mas tarde a casa. Estaba agotado, el restaurante tenía baja de personal desde la partida de Chanyeol y Taehyung había tenido que hacer horas extra esas últimas cuatro semanas, se sentía enfermo y ni siquiera le estaban pagando lo que trabajaba de mas.

Nuevamente la tentadora idea de renunciar le cruzó la mente esa noche en que regresaba a casa. Esta vez no tenía ánimos de rodear dos calles para llegar a su edificio por lo que uso su camino habitual. Suspiró aliviado cuando no divisó al pelinegro por ningún lado y quiso ganarle al semáforo pero no lo consiguió. Lanzando una mirada a la solitaria carretera imaginó que no le haría daño a nadie si cruzaba aunque el semáforo de peatones indicara el alto.

—Debes esperar– lo detuvo una voz cuando se disponía a bajar de la acera y cruzar.

Soltó un grito de espanto y giró para encontrarse con el mismo pelinegro. Taehyung no respondió nada, simplemente asintió y esperó obedientemente a que la luz cambiara agachando la mirada como si hubiera sido reprendido.

—No has ido al bar– sorprendentemente el chico siguió la conversación —Jimin se decepcionó al ver que no fuiste a su presentación especial–.

—Oh...– el castaño no sabía que responder —lo siento–.

Se sintió estúpido.

—¿Irás pronto?–.

Taehyung asintió nuevamente y casi suspira al ver que la luz cambiaba a verde, esperó a que el plinegro caminara primero pero nuevamente no lo hizo

—¿No cruzarás?– preguntó en cambio.

Taehyung volvió a asentir y cruzó rápidamente sintiendo como los pasos del chico de cabello negro avanzaba detrás de él, demasiado cerca. Entro en pánico y su mente paranoica empezó a crearse todo tipo de teorias ¿Estaba molesto con él? ¿Por qué no avanzaba primero? ¿Debio haber ido a la presentación de Jimin? Sus nervios aumentaron cuando se detuvo frente a su edificio y el chico lo hizo también. Lanzó una mirada nerviosa hacía él.

—Vivimos cerca– observó el pelinegro —mi departamento es en aquel edificio cruzando– explicó como si Taehyung tuviera la necesidad de saberlo.

El castaño asintió de nuevo, incapaz de responder como alguien normalmente haría.

—Deberías ir de nuevo al bar– continuo.

—L-lo hare– finalmente una frase salió de sus labios.

El pelinegro sonrió radiante como si hubiera logrado una gran hazaña y Taehyung se sonrojó ante esa bella sonrisa.

—Me llamo Jungkook– convinó el pelinegro.

—Ah... Yo... Mi nombre es Taehyung– respondió torpemente.

—Al fin– murmuró el chico.

—¿D-disculpa?–.

—Nada– siguió sonriendo —asegurate de ir al bar ¿si?– Jungkook empezó a retroceder cruzando la calle hasta los edificios de enfrente, caminando de espaldas con las manos en los bolsillos, sin perder el contacto visual con Taehyung.

—¡Por favor voltea a ambos lados antes de cruzar!– se escandalizo el castaño observando la descuidada manera en que el pelinegro cruzaba la avenida.

Jungkook sonrió mas ampliamente.

—Buenas noches Taehyung– se despidió.



***



The black haired boy » KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora