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Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de Matt Stone y Trey Parker.

Advertencia: Contiene un Tweek transgénero, transfobia, racismo, machismo, estereotipos sociales, angst(?) y puras cosas bien bonitas. Quedan advertidos.


La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil.❞

Jacques Benigne Bossuet

Como era algo común en aquel pequeño pueblo, durante el fin de semana los niños salían de sus casas paran jugar entre ellos y despejarse del estrés de la escuela. En esta ocasión se encontraban jugando a los hechiceros y elfos, una gran aventura creada por ellos mismos que podrían pasar semanas jugando.

Los niños se encontraban divididos en dos bandos, el primero era liderado por el rey elfo Kyle, mientras que el otro era dirigido por el gran mago Cartman. Ambos puestos estaban en la borda de una nueva pelea, por lo cual cada uno se encontraba organizando un plan para ganarle al contrario.

-Bien, entonces Clyde y Scott se encargarán de el pendejo de Stan, y tú Craig irás por el judío, Butters irá contigo, ¿entendido?- dice el mago.

-Si, pero, ¿tú qué vas a hacer gordo?- Claramente se notaba que no había confianza de parte del ladrón, conocía sus jugadas como para volver a caer en una de estas.

-Claramente yo me encargaré de cuidar a la princesa Kenny, cualquiera podría atacarla- El rubio suelta una risita ante el comentario del hechicero

Craig le mira con desprecio y sale del refugio donde se encontraban, seguido de los otros tres.

-¡Buena suerte mis nobles caballeros!- Grita el gordo, mientras la princesa se despedía de ellos con su típico movimientos de manos.

La chica rubia vestida de bárbaro que había estado todo aquel tiempo presente, se acercó al castaño-¡Gah! Y yo ¿que hago Eric?-

El llamado voltea a sus costados, y le dirige su atención, su rostro se veía preocupado- Tessa ¿puedo hablar contigo algunos segundos?- La toma de los hombros y se alejan ambos de la princesa, saliendo por donde anteriormente habían a salido los cuatro niños.

-¿Que ocurre?

-Tessa, eres una gran guerrera entre todos los idiotas que están por aquí.

-¡Jesucristo! ¿Y eso qué tiene que ver? ¿Me van a vender como esclava? ¡Oh dios! Demasiada presión.

-No nada de eso, lo que quiero decir es que no quiero que salgas lastimada entre toda esta mierda andante.

-¿Me estás diciendo débil?

-No no, déjame terminar, ¿si? El punto es que sería mejor que te juntaras con Bebe y sus amiguitas, ya sabes haciendo listas y planes para conquistarnos, así podrías estar sana y salva.

-¿¡Qué!?

-¡Carajo! ¿Eres retrasada o qué? Ya no puedes estar aquí.

-¡Vete a la mierda gordo! Soy igual o incluso más fuerte que tú, yo podría patearle el trasero a cada uno de ustedes.

-Te pido de favor que te retires.

La chica alzó su brazo dispuesta a golpearlo, sin embargo se retractó en medio camino

-Bien...

Toma sus cosas que se situaban en la puerta del refugio y sale del lugar en dirección a su casa.

Camino por un par de minutos desde la base de Cartman hasta donde se situaba su casa. Tenía que apresurar su paso para no llegar aún más tarde de lo que era. Una ves en frente de su hogar abrió la puerta de la entrada principal, siendo recibida por el típico olor a café, caminó por el pasillo y se detuvo en frente de la mesa del comedor. Su madre se encontraba cocinando algo, mientras que su padre estaba leyendo el periódico.

-Buenas noches- dijo en voz baja. Su padre levantó su mano en forma de saludo, siendo devuelto por ella.

-Buenas noches cariño ¿como te... -Detuvo sus palabras al ver como vestía su hija-¿Que traes puesto?- Su voz se tornó seria.

-Estaba jugando con los chicos- dijo sin rodeos.

-Te había prohibido salir con ellos.

-Si pero...

-¡Pero nada! ¿Por que no te juntas con tus amigas como cualquier niña?- La menor no contesto-Sube a tu habitación, quítate esos trapos y báñate- dio media vuelta continuando con su labor.

-¡Gah!

-Y estás castigada.

La menor subió a su habitación corriendo y entró dando un portazo detrás de ella. Sus manos temblaban, las elevó tomando algunos mechones de su cabello, jalando de estos. Soltó un pequeño grito y se tiró sobre la cama, quedando boca abajo. Temblaba demasiado, soltaba pequeños quejidos junto uno que otro sonidito.

Se lograban escuchar las pisadas de su padre subir por las escaleras, hasta estar a unos centímetros de su puerta. Se escuchó un golpeteo a la entrada de su habitación, siendo seguido de su entrada.

Su padre, se sentó al borde de la cama observando a su hija, acarició su cabello rubio y la hizo levantarse de su lugar, tomando asiento.

-No es tu culpa hija, sabes que mamá suele alterarse muy seguido.

- Me odia, me odia.

-No te odia, solo se preocupa por ti-La niña comenzó a temblar aún más, siendo notado por su padre.

Puedo sentir fantasmas y demonios envolviendo mi cabeza.

-Recuerda lo que te dijo el doctor, inhala exhala, cuenta hasta diez.

Cerró sus ojos e hizo caso omiso a lo anteriormente dicho, calmando el ritmo acelerado de su respiración, estando por algunos segundos en su lugar feliz.

-Ngh, siempre quiere todo a su manera...

-Ven aquí... Solo será por un tiempo, ya sabes como es.

La niña se acercó a su padre y lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en su pecho.

-Eso espero...

Pero no puedo dormir por el momento.

SiluetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora