Parte 1

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Mi respiración se aceleraba, mis piernas se movían hacia adelante por voluntad propia, yo observe todo el espacio y era completamente negro, mis pasos penetraban la soledad y sonaba un eco estruendoso al caminar, trataba con todas mis fuerzas detenerme, grite, pero no salió ningún ruido de mi boca, trate y trate, pero cada esfuerzo era inútil, solo podía oír el eco de mis pasos (tap, tap, tap),retumbaban en la oscuridad.
Mire a todos lados, no veía nada, todo estaba oscuro, camine en línea recta, hasta que de repente me detuve delante de una puerta iluminada con el numero 47, no quería abrirla, pero el morbo me gano. Acerque mi mano temblorosa a la perilla y de repente, justo antes de abrirla se oían gritos.
- ¡No más, por favor para! - se oían muchas más voces decir lo mismo.
Cuando abrí la puerta vi todos esos cadáveres putrefactos de hombres, mujeres y niños, vi el dolor en lo que quedaba de sus rostros, mi corazón se aceleró y, quedé inmóvil, ante tal atrocidad, era como de película de horror, el cuarto empezó a pudrirse como si las paredes estuvieran echas de piel humana, empezó a gotear sangre del techo, de un momento a otro todo volvió a cubrirse de oscuridad.
Asustado y sin saber qué hacer, me pegue a la puerta, tome mi cabeza y me repetía, -¡Despierta !¡coño despierta!- sentía mi cuerpo temblar, sentía como el miedo lograba que la desesperación me atacara, empecé a golpear la puerta y a intentar abrirla, pero la habitación volvió a iluminarse, me volteé lleno de miedo y lo vi, un hombre con una sonrisa macabra y unos ojos de cazador, tenía un cúter y era obvio que yo era su presa, esa idea me aterro un más, me voltee y lleno de desesperación forcé la puerta, la golpee, me daba vuelta cada tres golpes para verificar que no se acercara, cuando logre abrirla salí corriendo, pero luego de unos centímetros, me estrelle, había algo allí que no me dejaría ir, me voltee de nuevo casi llorando del miedo y lo vi caminado despacio hacia mí, su mano aun goteaba sangre al igual que el cúter, detrás de el note una pareja, un hombre boca abajo y una mujer  boca arriba con una expresión llena de dolor, me senté  en el suelo, me encogí en mis piernas y metí mi cabeza en ellas, empecé a gritar aunque no salía ningún ruido de mi boca, me empezó a doler la garganta, quise despertarme, note su sombra en el suelo, levanto el cúter y justo antes de clavármelo, desperté.
Estaba agitado, lleno de sudor y lágrimas.
Oye, ¿estás bien? -me dijo Daniel preocupado, me trajo un vaso de agua- solo fue una pesadilla, tranquilo, ahora arriba que llegamos tarde.


Estábamos en un gran apartamento mi tía estaba al teléfono y alcance a oírla preocupada:
- No se que pasó, yo… -estaba llorando- sólo llegue y vi a mi hermana y su esposo -suspiro y sorbió fuertemente- Yo alcance a tomar a Benjamín no vi a nadie más.
-Tengo miedo -término diciendo a la otra persona del teléfono.  Yo estaba preocupado, no veía a papá ni a mamá, no recordaba cuando fue que los vi o como eran, sentía un dolor en el pecho, mi respiración se agitó sin razón y las lágrimas empezaron a salir. Mi tía noto mi estado y colgó, rápidamente se acercó a mi.
-Benjamín, tesoro ¿Qué ocurre?  -me lo dijo con los ojos hinchados y rojos de estar llorando, se notaba el dolor que sentía pero me lo dijo con una sonrisa en su rostro, una sonrisa sincera-.
-Si, tía. Estoy bien, no se porque empecé a llorar de la nada -me limpie las lágrimas para tranquilizarla-.
Esa noche mi tía me dijo que nos iríamos a Miami, que allí teníamos familia, yo sentía ese dolor en el pecho y no entendía porque. No pude dormir hasta que salió el sol, mi cerebro trataba de recordar cosas que alguna parte de mi no quería.
Mi tía se levantó muy temprano y se dirigió a mi cuarto.
-Benjamín hoy nos iremos a Miami -entró y se sentó en mi cama- allá aprenderás inglés, estudiarás en el mejor colegio y estaremos lejos de todo esto -mi tía me miró con ganas se querer volver a llorar, pero fue fuerte y lo soporto. Sentía tanta admiración por ella, se levantó, me dirigió una cálida a sonrisa y se retiró.
Cuando estaba empacando mis cosas me cegué por un momento y volví a ver a ese hombre con el cúter en sus manos  y sus malditos ojos de cazador , a su alrededor cadáveres con expresiones de horror que dejaban frio a cualquiera, me asuste por un momento y me tire al suelo cómo si ese hombre estuviera enfrente de mi, mis manos temblaban y mi corazón latía muy rápido.

Recuerdos Suprimidos Where stories live. Discover now