Capitulo 12

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Esa noche llegué a casa relativamente temprano. Las 11:24 pm marcaron en mi celular mientras Adam estacionaba su auto frente a mi hogar.

-Y llegó Cenicienta a su humilde no tan humilde morada. -anunció el muchacho admirando el edificio desde la ventana de su vehículo.

-Fue gracias al príncipe que tuvo la paciencia de escoltarme. -respondí con gentileza. Este juego de roles me hacía bien.

Él y yo habíamos formado una amistad temprana durante la parrillada de Pablo, hablamos sin parar en toda la velada a pesar de las miradas asesinas por parte de su ex novia, pero no podía evitar sentirme atraída por semejante sujeto tan carismático, teníamos muchas cosas en común, cosas tan triviales que me cautivaban, y entre toda la plática olvidé completamente mi reciente ruptura amorosa.

-Es un placer traerla. -murmuró cerca de mi oído de forma galante causando que mejillas se acaloraran.

-Nuevamente gracias al caballero. -contesté soltando una risa ridícula de tonta enamorada.

Adam se quitó el cinturón y salió del auto, llegó a mi lado y abrió la puerta del copiloto para que yo saliera. Tomó mi mano y caminamos uno al lado del otro hasta la entrada de mi casa, yo traté todo lo posible de caminar lento porque se sentía tan reconfortante estar así y no quería irme de su lado, pero entre cada paso daba saltitos de felicidad como si estuviera en las nubes.

Intentaba no reflejar mi nerviosismo mirando al suelo, al jardín o a la casa, ya que estaba tan sonrojada y tenía miedo de que se burlara una vez más de mi rojizo rostro.

-Fiorella. -llamó el chico a mi lado apretando ligeramente mi mano.

-¿Si?

-¿Por qué miras al suelo? ¿Tan feo soy? -preguntó y paró de caminar para verme, arqueó su ceja esperando mi respuesta, él no sabía el efecto que poseía en mi desde que nos presentaron, solo con su mirada me ponía los pelos de punta.

<<Uff, tu eres un Dios.>> quise exclamar.

-No, nada que ver, solo que el jardín es lindo. -una respuesta por parte de la chica menos ingeniosa para contestar, volví a esquivar su contacto visual para concentrarme en los claveles plantados por Adelina.

-Pero yo quiero verte.

Aquellas cuatro palabras eran suficientes para lograr que yo voltee a verlo y me de un infarto en el proceso.

Gracias Mía por presentarme a tu hermano.

-Ahí están, esos hermosos ojos. -dijo acercándose a mi- Ojalá las pudiera contemplar todo el día.

-¿Qué dices? Hay trillones de personas con los ojos color caca. -admití riendo por lo bajo.

-¿De qué hablas? Nadie tiene esa mirada tan brillante.

Adam sonrió y con su mano derecha acunó mi rostro haciendo que levante la cabeza e inevitablemente tuve que mirar esos ojos que me estaban volviendo loca. Sentí una brisa pasando por mi estómago y los nervios se reflejaron en el momento que se erizó mi piel por su cálido tacto.

-Necesito conocerte más. -dijo con desesperación cerca de mis labios.

-¿Necesitas?

-Si, Fiorella, lo necesito.

-Yo también deseo conocerte. -admití y el sonrió de oreja a oreja.

-Ten una cita conmigo.

-¿En serio? ¿Estas seguro?

-¿Y por qué no habría de estarlo?

-No soy nada interesante, peor en citas.

-Tengo que descubrirlo.

A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)Where stories live. Discover now