Caminos Viejos, Caminos Nuevos.

2.4K 95 76
                                    


"...Boys only want love if it's torture..."

-Taylor Swift.

"Espero tengas un buen viaje. Recuerda que estaré aquí esperándote. No olvides que te amo."

-Garu.

-Pasajeros que desembarcan del vuelo de Samedi, favor de pasar al área de seguridad- se oyó una voz femenina por los altavoces del aeropuerto.

-¿Disculpe, señorita?-. Una voz la distrajo y le hizo levantar la vista de su celular con un parpadeo, solo para dar con un amable señor bonachón al lado de ella. - Es su turno- dijo con una sonrisa.

-Oh...- murmuró Pucca, al percatarse de que era la siguiente en la fila para pasar la zona de seguridad. Sin más, le ofreció una sonrisa amable al hombre- Gracias-

Dicho esto, tomó su equipaje— del cual solo era una valija de ruedas color rojo cereza y una mochila que Ching le había prestado— y lo puso en la bandeja metálica.

-Buenas tardes- saludó a la persona de seguridad mientras le entregaba sus papeles y la revisaban, mientras que la bandeja avanzaba con sus cosas.

Había sido un buen vuelo después de todo, aunque un largo viaje de casi un día completo. Esto debido a un cambio de último momento. Pues resultaba que unas horas después de la plática con Garu, notificó que su vuelo no era temprano, sino en la tarde.

Así que el siguiente día por la mañana, sus tíos la fueron a dejar al aeropuerto de Samedi en una camioneta que Destiny les había prestado. Esto le permitió despedirse en persona de Shuny, Ching y Abyo a la hora del desayuno, mientras explicaba que había pasado con Garu y su charla.

Abyo mencionó que Su amigo prefirió no presentarse a despedirse de ella por dos razones: la primera era porque quería darle su espacio, tal y como se lo había prometido y la segunda: tenía un resfriado mortal.

A Pucca no le sorprendió después de pasar la noche entera fuera de casa de Soso y luego empaparse en la lluvia fuera del Chin- Duda. Incluso ella se sentía un poco mal de la garganta. Por otra parte, le alegró saber que Garu le daría su espacio, pero no resistió en intercambiar unos mensajes con él, comenzando por preguntar si estaba bien.

Así que sin más, se despidió de sus amigos, se despidió de Soso por mensaje también y se fue con sus tíos a Samedi. La despedida con ellos fue algo dura, pues no se había alejado de Sooga desde antes que muriese su padre. Así que, con algunas lágrimas y abrazos fuertes, se despidió también de ellos y voló a Hong Kong.

El vuelo duro parte de la tarde y toda la noche, llegando al Aeropuerto Central de Hong Kong al medio día.

Le tocó el asiento junto a la ventana y su viaje fue bastante cálido y cómodo. La azafata le sirvió su cena horas después; pidió soda de naranja y fideos... Si es que a eso se le podían llamar fideos. Y mientras cenaba mantuvo la conversación con su acompañante: un hombre de negocios algo mayor. Le habló de su familia y porque iba hacia allá.

Debía admitir que le dolía un poco el cuello, pues aún con la almohada que le pidió a la azafata, no durmió del todo cómoda. Se despertó ya algo tarde, solo para ver la enorme ciudad de Hong Kong y las gruesas nubes grises sobre de ella, ya fuera por contaminación o por lluvia.

Al bajar del avión se sentía algo entumecida y desorientada, pues había pasado mucho tiempo de que iba ahí, pero su acompañante le dio indicaciones, se despidió amablemente y ella se dirigió a la zona de seguridad, mientras que hablaba por mensaje con su madre para saber dónde la recogerían... Y entonces le llegó el último mensaje de Garu.

Nadie sabe lo que tiene hasta que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora