Solía llamarme "amor" y ahora creo
que eso es cualquier cosa menos un adjetivo,
el apodo de puta era el que él me había puesto,
solía decirme amor siempre que quería algo,
y me llamaba puta cuando no estaba a su disposición,
chasqueaba los dedos siempre que me quería ahí, con él al instante
y cuando no podía satisfacerlo,
me hacía a un lado y me gritaba ¡puta! ni para esto sirves y se iba,
y me dejaba ahí, sola, sin amor, sin comprensión
y no, yo no era una puta.
Yo era su esposa.
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Fragmentos de una chica cualquiera, para leer tomando una taza de café.
RandomTe sientes, triste, alegre, tienes miedo, ganas de llorar, has sufrido una decepción ¿tienes clichés rondando en tu mente?. ¿Te han engañado? ¿has traicionado? , sientes que ya no puedes más, y te sientes totalmente débil. Pues estos fragmentos no...