Fragmento VII

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Solía llamarme "amor" y ahora creo

que eso es cualquier cosa menos un adjetivo, 

 el apodo de puta  era el que él me había puesto, 

solía decirme amor siempre que quería algo, 

y me llamaba puta cuando no estaba a su disposición, 

chasqueaba los dedos siempre que me quería ahí, con él al instante

 y cuando no podía satisfacerlo, 

me hacía a un lado y me gritaba ¡puta! ni para esto sirves y se iba, 

y me dejaba ahí, sola, sin amorsin comprensión

y no, yo no era una puta. 

Yo era su esposa.

Fragmentos  de una chica cualquiera, para leer tomando una taza de café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora