Primera "cita"

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El universo y personajes de Shingeki no Kyojin le pertenecen a la malvada llama asesina, digo a Hajime Isayama. Yo sólo juego con ellos.

Si ya me conocen -o han leído el ABC- saben más o menos que esperar, si es la primera vez leyéndome... les recomiendo acercarse una taza de té y unas galletitas, que esto se pondrá bueno.

Dedicado a mi estimada Sasha SV3 por apoyar mis locuras crack.

Fic situado en un AU. Casi abuso del OoC -con breve explicación de su actitud-. Obviamente es un Zekasa en esencia, pero contiene la mención de ZekexFrieda y un breve sketch Rivamika al terminar.

Sin más, ¡nos leemos al final!

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Primera "cita"

Movía el pie con ansiedad. Por inercia, se llevó la mano derecha al rostro y comenzó a mordisquearse la uña del pulgar hasta que el sabor del esmalte negro le provocó asco. Tragó saliva con nerviosismo después de colocar las manos sobre su regazo.

Tenía que calmarse, sí, eso es lo que debía hacer.

Pero, maldición, la sola idea de quedarse con él por lo que resta del día apagaba más de una neurona, al grado de casi fundir su cerebro.

Está bien, estaba exagerando.

Sintió que un mechón de cabello obstaculizo su visión, comenzó a jugar con él, enrollándolo en su dedo índice con impaciencia.

¿Cómo había terminado en esa situación?

Para entenderlo, hay que remontarse al pasado;

Era todavía invierno y se notaban los estragos de la fría temporada, cuando el llanto de un bebé inundó la habitación. La madre cargó a la pequeña envuelta en una manta rosa; el bultito cumplía -según los doctores- el criterio de un bebé completamente sano.

Un pequeño niño cabellera rubia insistió en entrar y conocer a la pequeña.

—Zeke, espera un poco.

—Está bien, déjalo pasar, Carla —pidió Yuu, todavía abrazando a su hija—. ¿Quieres conocer a Mikasa? —preguntó con calidez. El niño de diez años frunció el ceño ante la mención del nombre.

—¿Mikasa? —cuestionó extrañado. Después se encogió de hombros, antes de asentir. Recordaba que su vecina tenía una gran panza, como la que tenía su mamá Carla en ese momento, sin embargo, ya no estaba y en su lugar estaba esa bola rosa que cargaba. Con ayuda de Grisha y Razo, logró subirse a la cama y contemplar al bebé que yacía en los brazos de Yuu—. Es fea —comentó arrugando la nariz, provocando una risa por parte de los adultos y un tirón de orejas, cortesía de Carla.

Okey, no tan atrás.

Todo se remontaba a unos seis años atrás, tal vez más, tal vez menos.

Mikasa sintió los latidos de su corazón golpeando sus oídos. Cada vez que el aire entraba en sus pulmones, sentía un pequeño ataque de taquicardia.

Maldita fuese la hora en que Zeke fue tan malditamente agradable con ella, alimentando las fantasías de una inocente niña.

Maldito fuese por besarle la frente, despeinarle el cabello y asentir ante su propuesta, asegurándole que cuando tuviese la edad suficiente, podrían casarse, porque claro, era ilegal casarse cuando ella tenía diez y él le doblaba la edad.

El príncipe y la mestizaWhere stories live. Discover now