Capítulo 4: Luis

1K 55 11
                                    

-Por favor, Miriam, es importante.

-Te ha tratado como una mierda y por eso vienes a mí.

-Es verdad, pero escucha lo que te tengo que decir.

-Luis nos puedes dejar a solas, por favor.

Luis le hizo caso y dejando la botella y los dos vasos entró en el restaurante.

-Empieza.

-Es verdad, Ana y yo hemos tenido relaciones sexuales.

-Si no me vas a contar nada nuevo puedes irte-necesitaba un cigarro urgentemente.

-Yo he intentado que seamos algo más, muchas veces. Pero ella no puede tener otra relación, esta total y perdidamente enamorada de ti. Hazme caso, yo la he visto en la mismísima mierda y no es nada agradable.

-A mi todo esto no me ayuda para nada. No se que pretendes.

-Miriam, necesitáis tener una conversación en condiciones. Sin con el alcohol o drogas por medio e intentar hablar de lo que ha pasado estos últimos meses.

-Con Ana es imposible.

-Intentalo-le cogió de la mano.

-Dios eres preciosa, puedo entender a Ana-se rio.

-Madre mía Miriam cuanto has bebido-se rió ella también-Entremos dentro.

-¿Está dentro?

-No, se ha ido.

-Está bien, vamos a dentro.

Entraron a dentro y Kim y Miriam se dirigieron a su mesa. Rob ya se había ido a casa y solo estaban Aitana, Amaia y Alfred.

-Nosotros nos vamos que tenemos un concierto ahora-dijo Amaia levantándose-Mañana nos vemos ¿vale Miriam?-le dijo Amaia abrazándola y luego se sumo Alfred.

-Lo siento por esta noche, hasta mañana tortolitos. Os quiero. Mucha mierda.

La rubia apoyó sus en el respaldo de la silla de Aitana y ella se volvió para mirarla.

-¿Estas bien?

-Si, supongo-no lo estaría si no estuviera borracha después de tantas copas de vino que se había bebido-¿Quieres venir con nosotros? Vamos a quedarnos aquí y beber un poco de vino... un poco más de vino- sonrió.

-¿Quienes?¿Kim también?

-Si, es... es maja.

-No puedo Miriam, me tengo que ir, Ana me está esperando.

-Vale tranquila. No te preocupes.

-Ten cuidado, ¿vale, Miriam? Y llámame si me necesitas.

-Lo haré.

-Mierda Miriam, Rob acaba de tener un accidente y tengo que ir al hospital. No es nada grabe.

-Oh, lo siento mucho.

Solo quedaban Miriam y Luis.

-¿Estas seguro de que no te importa pasar el rato conmigo?-le preguntó a Luis-Ana podría regresar y tiene tendencia a agredir verbalmente a la gente.

-Estoy seguro.

Tomó asiento enfrente de Miriam y rellenó los vasos de poliestireno con vino blanco y brindaron.

Ana había llamado a todas las compañías de taxi que había entre ese restaurante y su apartamento para que alguien la llevara de vuelta a casa ya que Aitana tenía el coche y había decidido quedarse a cenar. A causa de la distancia, ninguna había aceptado, claro. Podría coger el autobús pero el transporte publico no le iba.

Voy a Volver a Quererte Onde histórias criam vida. Descubra agora