un matrimonio joven, de apenas un año de casados empieza a tener problemas, sus personalidades totalmente diferentes fueron la fuerza y ahora son la debilidad en sus vidas, el trabajo los consume demasiado a ambos, el amor y los detalles han queda...
Todo era tan divertido, la verdad es que el solo hecho de imaginarlo teniendo que vivir todo lo que una mujer pasaba en su periodo, las desventajas que conllevaba y toda la vida de una mujer era bastante divertido, yo en cambio estaba mas tranquila, no tendría que aguantar ciertas cosas y me parecía gracioso todo esto, era un día libre para ambos, así que ibamos a tratar de arreglar lo sucedido, pensamos que la mejor opción seria ir al maldito restaurante y repetir la acción del día anterior para remediarlo, lo malo fue que olvidamos algo muy importante, el vestuario, salio de lo peor, él, en mi cuerpo vestido como hombre
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Y pues yo en su cuerpo, maquillada y con ropa de mujer
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Era un verdadero caos, él se veía desaliñado, ni siquiera había tenido la dignidad de peinarse, definitivamente me quería morir, yo soy un tanto loca pero me arreglo mucho, soy de esas mujeres que no sale a la calle sin maquillaje, me gusta estar siempre perfectamente presentable, y él me había dejado espantosa, definitivamente no servía para eso de arreglarse , y claro, él es hombre y no necesita preocuparse por su imagen, bueno, no tanto como una mujer pero definitiva yo me veía espantosa, bueno él en mi se veía terrible
-¿no saldremos así verdad?
-eh...se supone que debo vestirme así- me señalo de pies a cabeza
-¡si!
-¡estas loca!
-¡debes hacerlo!
-¡¿por que?!
-porque no vamos a andar por ahí diciendo...¨¡aja, resulta que por una estupidez de un maldito restaurante chino cambiamos de cuerpo y ahora el soy yo y yo soy el!¨
-pero yo no pienso ponerme tacones
-¡pues te aguantas!
-pero...en dos días tengo un vuelo a Francia
-eh...respecto a nuestros trabajos lo resolvemos luego, por ahora debemos arreglar nuestras vestimentas, aparte claro que si esto funciona, esta crisis no durara mas de un día
-perfecto, ojala y de verdad resulte
-bien pues, cambiemos de ropa
-esta bien- respondió de mala gana, nos desvestimos y nos volvimos a vestir, solo que ahora si fue un desastre, el no podía manejar los tacones y yo pues... no quería verme como hombre, necesitaba mi maquillaje, llevar algunas de mis joyas o peinar mi hermoso cabello, y claro que no podía hacerlo, pero bueno, ojala que de verdad y volver a ese lugar nos resolviera todo esto porque no estaba dispuesta a pasar un solo día mas así, admito que tenia muchas ventajas pero no era normal estar así, nada normal, así que lo mas sensato seria buscar una solución, aparte claro de que era obvio de que el estaba sufriendo mucho mas, tenia que arreglarse, usar tacones y es que yo no tengo muchos zapatos bajos, apenas y tengo un par de tenis y obvio que no combinaban con el vestido el cual tampoco quiso usar, pero ni modo, terminamos y salimos como pudimos, el quiso conducir, pero yo tome el volante y tuvo que aguantarse...
