3. Antes

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Nunca fui muy normal. Y no es porque yo lo diga, es porque siempre me lo dijeron.

Al principio eran mis padres y mis hermanos.

"Deberías jugar con muñecas y no con papeles"

"¿En serio Amanda? ¿Recortando papeles otra vez?"

Resulta que mi pequeña yo tenía una extraña obsesión por recortar todas las revistas y diarios que encontraba a su paso y jugar con las imágenes.
Tenía obsesiones raras desde pequeña.

Mis padres decían que eso era raro, pero no me interesaba en absoluto.
Además, teniendo tres hermanas y un hermano, todos mayores, muchos juegos no se me ocurrían.
Estaba sola.

Siempre sola, desde chiquita. Rodeada de adultos.

¿Y qué es lo más extraño de todo esto?
Que yo jamás me sentí sola.

Tenía un mundo para mi solita dentro de mi cabeza y disfrutaba de él con todas las ganas.

En casa se quejaban de mis papeles y luego comenzaron a quejarse por mi silencio.

Una vez mi hermana mayor, Elena, le dijo a mi madre:

-Mamá, deberías llevar a Amanda con un psicólogo. No es normal que una nena de cinco años no tenga ni siquiera un amiguito en el jardín de infantes.

Ella creía que yo no la estaba escuchando, aunque de hecho estaba en esa misma habitación; pero que equivocada estaba.

Yo dejé mis recortes (que tenía perfectamente ordenados sobre la mesa) y clavé mis ojos en ambas, en ella y en mi madre.

Tenía solo cinco años, y aún puedo recordar esa conversación.
No sé si eso es normal. Pero yo sé que pasó.

Mamá dejó de cortar las verduras que estaba cortando y se limpió las manos en el delantal.

-Tu hermana no necesita un psicólogo. Es callada y medio rara, pero tampoco para tanto.

Elena me miró y me sonrió. Luego miró a mamá otra vez.

-Es que me da cosa. Pasan los años y se pone más rara.

Fue por esos días que llegó Jhon a mi vida, y las cosas cambiaron bastante.

Una nueva familia se mudó a la casa vacía de al lado. Parecían gente normal y amable; de hecho lo eran. De los tres hijos de la familia, dos chicas y un chico, la pequeña Amanda decidió hacerse amiga del muchacho.

Desde la primera vez que fui a jugar a su casa, Jhon se convirtió en mi mejor amigo. De hecho, era el único, pero esos son detalles.

Elena se vió obligada a dejar de insistir con eso de llevarme a ver un psicólogo, y mamá recibía a Jhon en casa con una felicidad que no le entraba en el cuerpo. Le ofrecía de todo y lo trataba como a un hijo más.
Yo creo que tenía miedo de que él se cansara de mi y dejara de ser mi amigo. Creo que a mi madre en serio le aterraba que su hija no fuera normal.

Jhon fue mi primera obsesión.
Me refiero a una obsesión con otra persona, la de los papeles recortados no cuenta.

Hacíamos todo juntos. Yo iba a su casa por la mañana y me quedaba hasta la tarde, luego íbamos para la mía y él volvía a la suya en la noche, cuando su mamá lo llamaba para que se bañe y se duerma.

Era como el hermano que nunca tuve, porque Micheal, mi hermano, tenía como cinco años más que yo y jamás me puso atención.

Así fue que un día, cuando tenía como nueve años, me dí cuenta que Jhon me gustaba.

Imagínense el drama dentro de mi cabeza. Tenía tanta imaginación que ya nos veía casados, y con mil hijos.
Para empeorarlo todo, sus hermanas no dejaban de repetir lo mucho que deseaban que nosotros seamos novios en algún momento. Es más, creo que después de tanto escucharlas él me empezó a gustar.

Recuerdo que el día que le iba a "confesar" mi amor, me demoré un poco más de lo normal repasando lo que iba a decirle.
Pero cuando llegó el momento, Jhon me dió una noticia terrible.

-Mi padre consiguió trabajo en una ciudad que queda lejos de esta. Mamá dice que es lo mejor para la familia, y aunque no me quiero ir, tengo que hacerlo.

Todavía recuerdo como mi pequeño corazoncito se rompió.

Era mi mejor amigo y mi primer amor. Lo quería tanto que me sentía destrozada.
Eran en verdad emociones demasiado fuertes para una nena de nueve años.

-Entonces, ¿me vas a abandonar?

Se lo pregunté mirándolo directamente a los ojos.
Jhon era solo un niño de nueve años también, no creo que él supiera con exactitud que significaba la palabra "abandono". Pero yo lo sabía y así lo sentía.

Ahí fue cuando comencé a sentir muchas cosas juntas. Dolor, tristeza, odio, cariño, rencor... todo eso junto, dentro mio.
Fue mi primer caos emocional.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2019 ⏰

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