El Pasado De Robeth 2

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Un día estaba sentado en un parque cerca de un centro comercial, pude ver como los niños jugaban y reían, eran completamente felices sin ninguna preocupación, sin deberes, sin preocuparse que tienen que ir a trabajar, sin preocuparse que tienen que llevar comida a su mesa, tienen una vida buena desde pequeños, una buena infancia, una buena vida.

Siempre deseé tener un hijo con la persona que más amo, esa persona para mi es la diosa del olimpo. Noe siempre ha sido una persona muy especial para mí, es más especial que mi propia familia, pero si tuviera que elegir entre Noe y mi propia familia, elegiría a ella. Mis amigos me apoyan en todo, pero no lo hacen en el caso de mi amor a una mujer prohibida, dicen que es una locura, dicen que es mejor dejar eso en el pasado, pero mi amor por ella puede todo.

En la oficina...

— ¡Robeth! —escuché la voz de mi asistente, entró a la oficina con unos papeles en la mano— Toma —dice inclinándose y dejando ver sus pechos, agarré los papeles y empecé a revisarlos. Seguía inclinada dejando ver sus pechos.

— ¿Necesitas algo? —pregunté, sonríe coquetamente.

— ¿Puedes salir conmigo? —pregunta.

— No lo sé, tengo mucho trabajo —dije sin ánimos, puso su cara triste y empezó a caminar hacia la puerta—. Espera —la llamé— Sí, acepto salir contigo —dije sonriendo, enseguida se formó una sonrisa en sus labios.

— Gracias —dice saliendo de la oficina.

¿Le estoy siendo infiel a Noe?

No creo que le esté siendo infiel, ¿qué más?, no voy a preocuparme por esto, eso no tiene nada de malo, pero si llega a saber que mi jefe o cualquier persona de aquí, estoy muerto por eso le pido que no diga nada, no quiero que todo lo que he conseguido se vaya al suelo por tener una salida con mi secretaria. ¿Qué culpa tenemos nosotros de que nuestras secretarias sean siempre lindas? Casi siempre las secretarias son así, siempre coquetas, siempre con una sonrisa, siempre se preocupan por su jefe. Eso es lo que pienso yo de esto, no sé qué es lo que se trae en manos mi secretaria, pero sea lo que sea debe ser algo malo.

Después de estar ya en mi casa, en mi solitaria casa, cociné la cena, siento que comprar comida en la calle es peligroso, a la vez sabroso y a la vez peligroso, porque nosotros no sabemos si eso está bien lavado, si de verdad la carne no está vencida... Pero debemos tener cuidado al comer comida en la calle. Un día compré comida en un puesto que estaba en una plaza y al día siguiente amanecí con vómito, esa fue la razón por la cual dejé de comer en la calle. Lo recuerdo y me dan ganas de vomitar, pero estaba sabroso se puede decir que valió la pena.

Mi celular empezó a sonar, dejé de picar los aliños de la ensalada, me levanté de la mesa y caminé rápido hasta el celular para luego contestar la llamada, antes de que se colgara, vi quien estaba llamando y era mi secretaria. Demonios.

— ¿Si? —contesté, su respiración estaba agitada.

— Tengo que decirte algo —dice en la otra línea—. Debes estar calmado —dice un poco más tranquila.

— Jhon... —dice y enseguida la interrumpí.

— ¡Dime, joder! —ya me estaba desesperando.

¿Quién es Annie? #BlueStarAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora