amar pelos dois

06 de enero de 2018

«amada emilie:

nada más leer tu carta, he escrito esta para que te llegue lo antes posible.

no sé si lo sabías, pero la enfermedad del padre de salma era hereditária, y ella también la contrajo. yo... ella murió en 2010, víctima de un infarto. era demasiado joven. mi corazón se parte cuando la recuerdo, pero al menos sé que nuestros últimos años fueron buenos. que ella no fue infeliz. que no la hice infeliz, como a tantas otras personas. 

me llena de regocijo leer tus palabras, pero no sé si estoy preparado para todo esto.

no quiero herirte, mi niña. no quiero que me veas y se te llenen los ojitos de lágrimas porque sientes que no soportas estar en la misma sala que yo, no quiero que rehuyas de mi porque tienes miedo de que vuelva a herirte y, sobretodo, no quiero que sientas miedo o temor de que yo pueda herir de alguna forma a tu hija, mi ya también amada marge.

voy a tener tu carta como un precioso regalo, pero también como un recuerdo. porque ya he hecho suficiente daño en esta vida. antes de ti, sabes, antes de ti sólo pensaba en cómo encaminar mi vida para que fuera perfecta. y he acabado en este agujero negro del que ya no puedo salir. porque me lo merezco. no soy una buena persona. si lo fuera, habría sabido distinguir entre ti y salma. entre un amor adolescente y un amor para toda la vida. pero lo hice mal. y me arrepiento tantísimo. ya no puedo cambiarlo. 

no quiero interponerme entre ti y la vida de tu hija. no quiero seguir siendo un estorbo. pero quiero que sepas que si alguna vez a lo largo de tus días, sufres, y necesitas a alguien, yo voy a estar allí incondicionalmente para ti. incluso si me desprecias, me insultas y privas a tu hija de mi nombre, yo siempre estaré allí para ti. porque ahora lo sé.

y, si alguna vez marge pregunta por su abuelo, hazme un favor, y dile que habéis sido mi todo. que eres mi todo. y ella también. 

te quiere, papá. ahora y siempre.

pd: feliz cumpleaños, emilie.»