Culpabilidad.

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35 minutos de gritos hicieron que mi relación con Marcus volviera al mismo sitio que hace unas horas, o incluso, a uno peor. No podía creer que le estuviera ofreciendo nuestra casa a un matón de mala muerte. Sabía que todo esto traería cada vez más problemas, pero además, empezaba también a afectarme directamente a mi.

-Es un no. -dije rotunda.

-Es también mi casa.

-Soy mayor que tú, por lo tanto, yo decido.

-Betty, diciendo eso solo pareces más infantil.

-Quiero que se vaya de mi casa, Marcus. ¿A que ha venido? ¿Y si nos roba?

-¿Cómo puedes decir eso de alguien que no conoces?

-Si le conozco, Marcus, ese es el problema.

-No, conoces lo que has oído de él, entonces, ¿debería yo creerme lo que dicen de ti?- mi hermano siempre sabía como dejarme sin argumentos.

-¿No tiene otro sitio?

-Si, los demás le ofrecieron sus casa, pero yo sabía que estaría mejor aquí.

-Porque tenemos cosas más valiosas...

-Deja de ser tan frívola, Betty.

-Déjalo Marcus, no te preocupes. -dijo Jughead apareciendo sigilosamente en la cocina. -Me acaba de llamar Toni, sus padres se han ido, así que no hay problema en que duerma allí.- dijo chocando la mano con mi hermano a modo de saludo, mientras yo sentía una punzada en el pecho, y un pensamiento asqueroso cruzó mi mente.

-No tienes que irte.- le recordó Marcus.

-No quiero molestar a la princesa de hielo.- dijo, y le fulminé con la mirada.

-Nos vemos mañana.- le dijo a mi hermano y vi como este le acompañaba a la puerta.

Miré al suelo, agotada de la situación, agotada de discutir y sufrir y aun más de darme cabezazos con la pared cada vez que pretendía ayudar a mi hermano. Iba a resultar imposible sacarle de ahí si su vínculo con ellos seguía creciendo.

-Estas siendo muy injusta- dijo mi hermano molesto volviendo a la cocina.

-Vaya, ¿no te van a nombrar serpiente del mes después de esto? - mi hermano dejó escapar una pequeña risa llena de ironía y decepción.

-Les estas juzgando sin conocerlos, Betty.

-Claro que lo hago.

-Me resulta curioso, te pasas el día diciéndome que yo he cambiado y que ellos me han cambiado, pero la única que se comporta como una verdadera gilipollas eres tu. -le miré fijamente con el semblante serio y casi destruido. -El padre de Jughead tiene problemas con la bebida y no puede volver a su casa. Está solo.- sentí una punzada de culpabilidad. -Ahora si quieres puedes seguir comportándote como una niña malcriada, pero son gente noble Betty, quizás si te abrieras y les conocieras, entenderías todo.

-Quizás... si- dije atreviéndome a mirarle a los ojos otra vez. -Quizás yo también puedo llegar a ser una serpiente.

Entre luces y sombras  |  BUGHEAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora