Prologo.

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La vida de un periodista siempre está llena de historias, algunas son sensacionalistas, románticas, cómicas, trágicas, de política, y hasta de ovnis. Pero las más recurrentes siempre son aquellas donde se derrama sangre.

Las famosas noticias amarillas.

Y Yaoyorozu Momo lo sabia, ella era de las mejores periodistas de la época y se dedicaba mayormente a cubrir por voluntad propia aquel tipo de noticias.

A sus gloriosos 27 años ella ya tenía la vida asegurada, bueno siempre la tuvo, solo por ser una "Yaoyorozu" Pero ahora era gracias a ese modesto empleo donde tras conseguir cierta fama la fortuna la alcanzo.

O eso es lo que le había dicho su jefe al amablemente pedirle que renunciará para darle oportunidad a nuevos talentos.

Ella estaba de acuerdo, gracias a que había pocos que cubrieran las noticias amarillas simplemente había empezado a amasar su pequeña fortuna.

Una que llevaba 10 años acumulando.

Desde que había dejado su tierra de origen (una pequeña isla costera al sur) a los 17 años inmediatamente había comenzado con ese empleo, al principio con ayuda de su familia y poco a poco por mérito propio.

Su nombre poco a poco fue conocido en medio hasta llegar al punto donde ya no necesitaba trabajar. Ella era una imagen pública y ardua trabajadora, todos los méritos adquiridos eran gracias a que ella tenia un talento inato para contar la verdad de un suceso desde muchas perspectivas.

Pero había un caso, uno solo que nunca había logrado poner en papel, uno especial para ella.

Por ello para renunciar pidió como despedida el espacio el en periódico para publicar esa noticia.

Una crónica.

El caso que le dio vida a su interés por ser periodista, el primero donde ella vio sangre, aquel de un asesinato.

Siempre había querido cubrir ese suceso pero nunca lo había podido hacer, ya que en ese momento ella tan solo era una sencilla muchacha de 17 años que por primera vez había visto el derramamiento de sangre.

Y es por eso, por amor a ese primer caso que le dio vida a su carrera que ahora, con el permiso del jefe, abordaba un barco con rumbo a esa isla pérdida al sur, su tierra natal, para poder narrar los sucesos de dicho asesinato desde todos los ángulos.

Preguntaría a cada persona si era necesario con tal de cubrir ese caso y dar por finalizada su misión de vida.

Aquel caso que la había marcado y que por fin podría dar carpetazo.

El caso 2p367 "Masacre del Ángel"

El caso del asesinato de Izuku Midoriya.

Protegiendo a Midoriya (Tododeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora