Traitor.

5 0 0
                                    


     "Vaya, baila mucho mejor que yo, qué envidia."

     Fue ese el primer pensamiento que atravesó mi mente cuando lo vi bailar con su notoria cara de amargura, falta de emoción... En ese momento ni sospechaba que un fragmento de mi mundo se acabaría por culpa de aquel bastardo.

     La primera vez que le vi fue en un lugar de comida rápida; el primer roce.

     Mi jefa con una pícara sonrisa le llamó luego de participar en la competencia que en ese momento tenía lugar en dicho lugar de comida rápida. Le llamó para ofrecerle trabajo.

     "Impresionante, debo trabajar con el que se parece al ex de mi novia" (Eso pensaba cuando lo conocí, maldición.).

     Todo fue sucediendo con un curso normal, "Hola" y "Adiós", nada de relaciones interpersonales ni mucho menos. Todo bien, decidí abrirme un poco más con el traidor (Es carismático el muy bastardo, pudo hacerme caer en su falsa amistad, deseosa de traición y desahogo sexual hacia esa niña que tanto amé.) Hasta que mis estudios pudieron más que los ensayos con mi pareja.

     Una tarde me comentó que aquel individuo le había propuesto participar en un torneo... "Por la <joda>". Fue su excusa para acercase a ella... Siempre lo supe. Y de la peor manera lo tomé, no quise aceptarlo porque me intimidaba, pero no era mejor que yo. Sencillamente era un tipo que bailaba fino, jamás fue más de lo que yo di.

     Pasó el torneo y yo con la incertidumbre de saber que mi novia me había comentado que estaba sobre la mesa una propuesta de parte de él para ser parejas permanentes de baile, con un dolor en el estómago constante al saber que aquel bastardo se estaba metiendo en un campo minado...

    Hubieron decenas de calentones por parte mía al notar la frialdad en el baile que mi pareja me entregaba a diferencia de él. Ahí fue cuando supe que mi novia estaba recibiendo calentones de oreja por parte de aquel maldito.

     Hasta que sencillamente un día decidió no bailar con ninguno, pero yo lo sabía. Y lo confirmé, para el "Baile" sus ojos estaban puestos el uno para el otro, tenían una sospechosa conexión de la que desde el primer día que les vi bailar, dudé. Pero cómo estaba enamorado de la chica equivocada, me dejé llevar por lo que ella quería y le perdoné muchos dolores que me causó con ese hijo de puta, vestido de bailarín buena onda.

     Una parte de mi mundo se vino abajo cuando supe que ella me mintió para ir a "Bailar" a su casa, sorprendente. ¿No?

     
¿Y pueden creerlo? Le perdoné, a la basura le perdoné.

     Siempre fui demasiado tonto y permisivo con esa niña, pero esos días estaban por terminar el día en que me dejó, mientras él; al mismo tiempo, dejaba a su novia... ¡Increíble!

     Mi mente torturada por pensamientos dirigía ideas en direcciones oblicuas hacia el punto central en el que me habían cambiado por semejante basura. (Literalmente, sólo sabía bailar el muy arrastrado).

     Llegó el día, quedaron para verse en casa del susodicho, y pasó lo que pasó... Tuvieron sexo, cómo dos animales salvajes impulsados por el deseo de acabar con las insaciables ganas de compartir los cuerpos y el descontrol de sentir algo más, algo qué no es precisamente amor.

     Sorprendentemente, la pobre niña regresó arrepentida cuál gato cuya pata había sido pisada por un hombre alto de botas de cuero y punta de hierro. Pero me di el gusto de tratarla cómo se merecía, y destruí lo único que amé con todo el dolor de este maldito universo, desgarrador; cómo el de cogerse el pellejo y despegarlo del músculo sin anestesia. Casi tan maldito cómo el que se llevó a mi niña a la cama; para darle un mal polvo. (Por algo regresó. ¿No?).

     Es patético, porque sencillamente le veo la cara y miro un rostro vacío, al igual que sus cuencas perdidas, un rostro desahuciado por las desgracias de la pubertad, y una ideología sobre lo que es el sentir amor del calibre de las ideas de un simio hambreado.

     Deseo con ansias el día en que tu maldita superficialidad pueda más que tú, y acabe lentamente con lo que llamas "Vida", que las marcas de las hojillas de tus brazos vuelvan a abrirse, pero en tu cutre corazón; para que sientas lo que es el dolor de perder a alguien que "Amabas". Deseo con ansias el día en que tus piernas se cansen y no puedas compartir más nunca la pista con la niña que a día de hoy es protagonista de mis mejores sueños, y al mismo tiempo; de mis peores pesadillas.

     Eres demasiado patético para intentar arrebatar de un hombre cómo yo, una mujer cómo la que crees tener... Al menos me gustaría que se apiadase de tu asquerosa inocencia y te enseñe a hacer venir a una chica, maldito inservible.

     Ay, Isaac, tú desgracia está más cerca de lo que tú mismo la ves, porque sabes que se acerca lentamente, cómo la parca acecha toda la vida al bebé que sale vivo y entra muerto por dos sitios muy parecidos: Un hueco.

Isaac.Where stories live. Discover now