Sinopsis

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Al fin saldría de Azkaban, dos años podían parecer poco para una persona que vive una vida normal, pero Draco Malfoy, luego de dos años de tortura física y psicológica estaba roto.
Saldría, sí, pero ¿a que vida? Nada de lo que conocía existía ya, excepto ella, a la que también había perdido. Seguramente ahora estaría casada con el idiota de Weasel, durmiendo en su cama cada noche, sin recordar nada. Claro que él lo había querido así, pero costaba vivir con las decisiones que se tomaban, sin importar lo acertadas que hubieran sido.
Ni modo, las cosas que eran parte del pasado lo eran y ya está.

-¡Draco! ¡Amigo! ¿Estás listo para salir de este mugroso lugar?

Blaise lo esperaba en la puerta de esa asquerosa cueva cárcel y le sonreía con todos los dientes, al fin una cara amiga. Draco intentó sonreír con los labios agrietados, sólo logró una mueca.

-Blaise, esa calvicie prematura te sienta bien- su amigo lo abrazó muy fuerte.

-Claro que sí, todo me sienta bien- mientras Blaise decía esto lo tomó del hombro y con camaradería salieron a paso presuroso.

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Mientras tanto, una castaña en el Londres mugle daba vueltas en su cama inmersa en el más vívido de los sueños...

Unos ojos del color de la más tormentosa noche la miraban con ...¿anhelo?, no, la miraban con deseo. Las manos de ella acariciaban un suave cabello corto del color del sol mientras ese hombre hecho de sombras sol y tormenta se inclinaba hacia sus pechos y los besaba con el mayor erotismo, con lentitud, obligándola a desear más.
En un arrebato de besarlo en los labios, ella le levanta el rostro y como cada vez se queda helada al ver de quién se trata. No es un desconocido, es Malfoy, el estúpido Malfoy la mira con deseo y le dice...
-Perdoname...

Y ahí se acaba otra vez, siempre el mismo estúpido sueño, siempre se acaba en el mismo momento, siempre la despierta triste. ¿Por qué? Ojalá lo supiera, pero no, estaba condenada, suspendida en esa extrañeza que no le permitía seguir su vida personal, lo intentaba, claro, pero no sentía ningún cambio y eso la desgarraba por dentro, estaba engañando a Ron, diciéndole que lo amaba, a sus amigos haciéndoles creer que nada había malo en ella, pero se acabó, hoy era el día. Lo había intentado todo, pociones para dormir sin sueños, hipnosis, terapia, pero nada funcionó, ya era hora de intentar su última carta, iría a ver al idiota de Malfoy, que le dijera si sabía algo que ella ignorara. No le iba a decir lo que realmente le pasaba si podía evitarlo, pero quería saber si él tenía la respuesta, era su último intento, iría hoy que salía de Azkaban, ya no quería perder nada de su tiempo...

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