Capítulo 3: Lo Siento

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Lo siento –fue lo único que le dije a ella, casi le susurré, mas no sabía el porque si estábamos tan cerca.

Lo que más me preocupa es que pareciera que lloraba, sé que estaba lloviendo, pero esas gotas no eran de lluvias ¿será por la caída u otra cosa?

–¿Estás llorando? –pregunté típicamente e imbécilmente.

Ella sólo se limitó a darme una bofetada, sí como lo escucharon. No esperaba otra cosa, pero en las películas que mamá ve, siempre esas bofetadas eran suplantadas por besos. ¿Y por qué esta no iba a hacer la excepción?

Aquella bofetada pareciera que me hizo despertar, y caí en cuenta que casi pude morirme, como aquella vez en Florida.

Ella camina por esas carreteras solas y peligrosas por la fuerte tormenta. Seguía llorando, tengo orgullo, pero más caballerosidad, y no importa las bofetadas que reciba, pero me quedare acompañándola hasta que llegué a su destino.

–¡Hey! Te acompañaré hasta que llegues bien a casa, ¿Ok? Así que dónde vives –le dije lo más amablemente posible.

–¿Por qué te lo diría? –preguntó entre el llanto y la tristeza.

–¡Buen punto! –pensé en qué podía decir–. Pues, como te dije, quiero ayudarte –Me puse delante de ella mirándola con mis ojos celestes, ella me miró y nuestras miradas se conectaron. Joder que no haya otra bofetada–. ¿Me dejas hacerlo?

Ella ríe por no darme por vencido. Una risa como si le hubiera dicho un chiste, y no hubiese entendido.

–Está bien, a unas cuadras de aquí –Se apartó de mí, y siguió caminando. Bofetada no vengas.

Es tan hermosa, pero tan misteriosa a la vez, y eso me gusta.

Todo el trayecto fue silencioso, la lluvia se fue, pero la brisa seguía al igual que mi atracción hacia Emma.

–Es aquí, gracias –Ya se había calmado, eso me tranquilizaba, la fachada de la casa era muy grande, típico de este vecindario, como les había dicho.

–Está bien, pues supongo que ya me voy... –mencione dudoso mirándola a los ojos, era tan radiante, las libélulas inundaba el hermoso paisaje, en donde las estrellas era nuestras cómplices, y ni hablar de aquella luna.

–Bien, gracias... Emm... –Trata de adivinar mi nombre.

–¡Dylan! –respondo–. Dylan Hudson.

–Ah bien, hermoso nombre Dylan Hudson –Su labios pronunció eso–. Mi nombre es...

–¡Emma! –comenté otra vez de primero. Mierda, ¿qué pasa conmigo?

–¡Jajaja sí! Así es, Emma Marqués –me respondió sonrojándose.

–Bueno supongo que adiós –dije bajándole la mirada.

–¡Claro! –reitera mientas se mordía los labios inocentemente, diablos eso me excita.

Torpemente intentamos abrazarnos, me sorprende que halla cambiado tan rápido de humor, pero bueno, así son las chicas supongo.

Mientras intentamos hacer eso, su nariz tocó la mía, sentí su respiro con el mío, no se a que jugábamos, pero me gustaba, me iba aproximando a sus carnosos labios, sentí la adrenalina, mi corazón palpitaba, era la segunda vez que me ocurre. Sí, la segunda, no les cuento todo a ustedes.

Cerré los ojos y nos interrumpió una bocina de algún carro.

¡Mierda!

Era el Sr Juan, Emma sólo se río y se mordió los labios, sonrojándose respectivamente, era una chica un poco penosa.

–Bueno ya voy a entrar Dylan, no se cómo agradecerte y disculpa por mi comportamiento cuando nos conocimos, es que, no le caes bien a un desconocido y más cuando ese alguien, se te lanza encima –explica sarcásticamente y levemente enojada, pero a la vez amablemente, sí así es ella.

–Te dejo sólo si salimos mañana al arrollo ¿Te parece? –opine mirándola fijamente; Definitivamente no me cansaría de hacer esto.

–¡Trato hecho! –ríe–. ¡Gracias! –sin más preámbulo me besó... En la mejilla. Y entró a su hogar.

–Listo, joven Dylan. Su madre debe estar preocupada –recalca el Sr Juan esperándome en su auto.

Mierda mi madre, no me acordaba de ella, debe estar preocupada, más George. ¡¡MI BICICLETA!!

Subí al auto y el Sr Juan me sermonea.

–Mirate Dylan, todo rasguñado –No me había dado cuenta–. Ahora vamos a tú casa.

Pasamos por aquel árbol que casi me mata y muero aplastado, pobre bicicleta. Llegué a mi casa, le di las gracias al Sr Juan y me quité los zapatos al entrar, estaba todo oscuro, hasta que la luz apareció.

–¡Dylan! –grita mamá angustiada, con los ojos cristalizados

–¿Mamá?


Foto Multimedia: (Ojos de Emma)

☔*Jeiver.

AL Caer la Lluvia [PAUSADA]Where stories live. Discover now