Dulce.

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Escucho ruidos alrededor de este cuarto oscuro. Siento una extraña presencia y se me eriza la piel. Hay un sentimiento dentro de mi que me dice que huya, pero mis piernas dejaron de responder, al parecer a mi cuerpo le agrada esta tortura.

Agujas me lastiman por todos lados, me siento agonizante hasta que algo me besa. Más bien, alguien, y se perfectamente quien es. Así que por un momento y sin miedo decido seguir con aquel beso que me estaba destruyendo. Poco a poco siento el calor alejarse, y la sombra en frente de mí comienza a tomar luz. Sé quién es, pero en ese momento, la vida quiso dejarme verte otra vez.

Y ahí estabas, hermosa como siempre. Con una gigante sonrisa en tu rostro que lo hacía resplandeciente. Parecía que brillabas, pero cada vez te hacías más lejana. Una lágrima calló por tu mejilla, aún así tu sonrisa no desaparecía. Mi dulce tortura aumentaba despacio y yo lo disfrutaba aún sabiendo que debía huir.

Dejé que lloraras y me destruyeras con tu sonrisa. Dejé que mi último aliento se fuera de mi y lo sacrifiqué todo con tal de verte sonreír.

Muerte Sin Título.Onde histórias criam vida. Descubra agora