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—¡Paris!—la chica miró a su hermano quién caminaba -o casi corría- detrás de ella. Digamos que Paris no caminaba como una persona normal, odiaba cuando alguien caminaba delante de ella e iba lento, le hacía desesperarse.
—¿Qué?—preguntó ella deteniéndose mientras Pryce se apoyaba en el hombro de esta respirando de manera agitada.
Pryce, Paris y Pier son hermanos muy unidos. Paris y Pier son mellizos y ambos estaban en sexto año, mientras Pryce era un año menor y cursaba quinto. Era curioso puesto qué los tres eran similares físicamente; los tres tenían el cabello pelirrojo radiante, ojos marrones, casi tan oscuros qué podrían confundirse con negro y una hermosa piel pálida. Lo único qué los diferenciaba en los pasillos de Hogwarts eran sus uniformes.
Los tres, a pesar de ser hermanos, iban a diferentes casas. Paris iba a Ravenclaw, Pier a Hufflepuff y el menor de los hermanos iba a Slytherin. Definitivamente, todos eran muy diferentes en cuanto a personalidades.
—Tengo un problema.—su hermana se encogió de hombros. Varias personas pasaron a su lado caminando, algunos de Gryffindor y otros de Slytherin, qué al verla se rieron de ella. Mentirían si dijesen qué Paris no era hermosa, porque sí, lo es, pero su comportamiento 'insensible' y de 'sabelotodo' le quitaba todo el encanto, según algunas personas.
—¿me afecta?—preguntó la pelirroja mientras miraba a sus alrededores.
—No.—respondió su hermano.
—Entonces sufre en silencio.—sonrió para seguir caminando. El chico la tomó de la mano y volvió a hacerla parar, y aún así, comentó su problema.
—Me gusta alguien...—suspiró sonrojado.—Se llama Lily, es hermana de mi amigo Albus y no se como decírselo.
Su hermana pareció pensar por unos segundos.
—No se lo digas.—Pryce la miró mal mientras ella hacía una mueca.—No sabría qué decirte, no se mucho sobre el amor, aunque si puedo decirte qué el corazón late cien mil veces al día en promedio,—al ver la cara de desconcierto de su hermano agregó.—pero aún así creo qué si ella te gusta, y ella gusta de ti, no tienes nada qué aclarar. Es tú relación y nadie tiene que intervenir porqué bueno, ustedes pueden tomar sus propias decisiones.
—Creo qué... hablaré con Pier sobre esto.—respondió ante el consejo de su hermana. La verdad es qué si, quería seguir ese consejo pero vamos, es hermana de su amigo. No le estaba pidiendo permiso para salir con ella la verdad, solo quería encontrar una forma de decírselo, y si a el no le gustaba la relación tarde o temprano tendría qué aceptarlo.
—Bien.—respondió ella sin inmutarse.—Perdí dos minutos de mi vida hablando contigo para qué después vayas a pedirle consejos a la persona más inepta de Hogwarts.—levantó sus manos.—me voy.
Pryce simplemente comenzó a caminar, sabía el porqué su hermana era así y a pesar de eso la amaba. Aunque bueno, hay qué admitirlo, su hermana era genial, a pesar de todo era increíblemente inteligente además de qué, aunque se diga qué no, siempre se necesita a alguien un tanto serio e insensible en algún momento. A veces el ser demasiado amable o una persona qué suele ceder todo el tiempo puede ser un problema, aún más si hay gente aprovechada en el entorno.
—¡Hola!—una chica rubia de mejillas sonrosadas y gruesos labios se acercó a Paris. Esta suspiró frustrada. ¿Qué acaso todos iban a irrumpir en su solitario día? Peor aún, ¿por qué tenían qué ser personas exageradamente alegres?—Soy Alice.
Sabía quién era Alice Longbottom. Era un año menor pero la conocía ya qué había escuchado a su hermano Pier hablar de ella, estaban ambos en la misma casa.
—¿Qué se te ofrece?—respondió sin tacto. La cara de la rubia chica se descompuso pero aún así volvió a sonreír.
—Bueno...—divagó.—te vi sola y me pregunté si querrías ir a el lago con mis amigos.—señaló a su grupo de amigos.
Vio a tres chicas pelirrojas y a los mismos chicos qué había visto ayer en la tarde, el pelirrojo qué estaba en el suelo ahora se veía feliz junto a una chica pelinegra. 'Vaya, pasar de estar triste y con ganas de vomitar a estar feliz y sonriente en tan poco tiempo es raro. Es curioso como la felicidad de algunas personas dependen de tener a otras.' pensó Paris.
Alice, quién notó la mirada de la chica en la pareja sonrió aún más.
—¿Verdad qué son hermosos juntos?—suspiró. Paris pensó qué la chica era muy risueña.—El amor está en el aire.
—De hecho, el nitrógeno, oxigeno y dióxido de carbono están en el aire. El amor es un sentimiento de intensa atracción emocional y/o sexual hacia una persona o más. En conclusión, estas equivocada.—bien, Alice había escuchado hablar a Pier sobre lo difícil qué era su hermana pero ella no pensó qué lo sería tanto.
—Eh... ¿genial?—más que una afirmación fue una pregunta.—Como sea, ¿te apetece ir? Seguro a mis amigos le agradarás.
Para el desconcierto de Alice ella solo respondió.—No, no me apetece ir.
—Oh... otro día será.—respondió.
—Lo dudo pero si eso te pone contenta...—sonrió para después caminar otra vez. Paris sabía qué había sido un poco grosera. Aunque no creía haber herido a Alice, fueron palabras insignificantes de una persona a la cual ni conoce, no debería ofenderse solo porque una persona no quiere pasar tiempo con ellos. ¿O si? meh, le daba igual.
Por otro lado Alice se encontraba desconcertada. No quería sonar presumida pero la mayoría allí quería pasar tiempo con los hijos de los héroes, menos Paris.
A pesar de su actitud, tarde o temprano, será mi amiga. Pensó Alice, porque definitivamente, ella le había caído bien.
—¿Que dijo?—preguntó James a penas Alice se acercó a ellos.
