El diario de una perra y una diva

Capitulo 7: Vergüenza

Jeff

Estaba a gusto con Jimmy, Robert no se metió a la plática para nada, solo veía a Jimmy con sus malditos ojos de amor, y a mi me miraba de manera fea de reojo, nos trajeron los platillos, el platillo de Robert estaba muy exótico, una carne que jamás había visto, parecía un filete, con una ensalada con colores perfectamente combinados, un poco de puré de papa, los pedazos de cilantro no podían faltar, era un platillo extravagante, ideal para una diva para el.

Aunque algo no me pintaba bien de la actitud de Robert, quise molestarlo un poco.

- Oye Robert, tu platillo es muy exótico – comenté –

- Si, lo pedí con algunos pequeños cambios – responde –

- ¿no quieres echarle un poco de sal? Se ve que le falta un poco – dije ofreciéndole el "salero"

- No, yo pedí el platillo condimentado a la perfección, no creo que le falte nada – respondió tocándose el cabello –

- Vamos Robert... Sé que te agradará probar un nuevo e interesante sabor – intenté convencerlo –

- Anda amor, recuerda que no es malo probar algo nuevo – dijo Jimmy –

- Está bien amor – sonríe – lo haré sólo por ti – me arrebató el salero con una sonrisa fingida –

Robert comenzó a echarle sal a todo, por que Jimmy lo convenció de probar algo "nuevo" lo que Robert no sabe, es que eso no es sal, si no azúcar, así que su platillo "perfecto" estará arruinado, sin saber que era mi intención.

Listo – pone el salero al centro de la mesa –

Robert prueba el filete y hace una cara de desagrado, ¡el imbécil probo azúcar y no sal!
A ver si le da diabetes.

- ¡Qué es esta porquería! – exclamó Robert –

- ¿Qué pasó amor? – pregunta Jimmy –

- ¡Esto sabes asqueroso es azúcar! ¡Jeff lo hizo a propósito! – exclamó Robert –

- ¿Yo? No Robert, estaba seguro de que eso era sal, no azúcar – respondí –

- Jimmy, yo sé que el lo hizo, ¡EL ARRUINÓ MI COMIDA! – exclamó Robert –

- Ya Robert, tranquilo amor, es sólo comida – dijo Jimmy –

- Mejor vámonos amor, aquí tienen un pésimo servicio – dijo Robert mirándome con cara de que buscaba vengaza –

- Bueno, está bien, Jeff, acompañanos, iremos a dejarte a tu casa – dijo Jimmy –

- Está bien – respondí –

Robert

¡Ja! Jeff no sabe lo que le espera ¿cree que no sé que el fue el que me puso azúcar en vez de sal? Pues no

Jeff intentó levantarse de la silla, sin embargo, la silla se fue junto con su pantalón.

- ¿Qué? ¿Qué es esto? – dijo Jeff asustado –

- ¿Jeff?

- ¿Qué pasó por que no me puedo... ¡Agh! – exclamó Jeff –

- Jeff Qué está pasando – dijo Jimmy preocupado –

- ¡No me puedo despegar de la silla! – gritó –

JAJAJAJAJA EL IMBÉCIL SE QUEDÓ PEGADO A LA SILLA, apuesto a que no se la esperaba, toma, perra, por haber arruinado mi comida, y por quererte meter con mi Jimmy.

- ¿Cómo que no? A ver, dejame ayudarte – dijo Jimmy aún más preocupado –

Jimmy detuvo la silla y Jeff intentó despegarse, pero sus intentos fueron en vano ya que yo le puse kola loka.

- Jimmy, no puedo despegarme – dijo Jeff –

- Robert – Jimmy me miró – ayudame, ayudanos, amor

- Creo que no se va a poder despegar, cariño – lo miré –

- ¡Agh! – Jeff volteó a todos lados y se quitó los pantalones para poder salir –

- ¡Jeff! – exclamó Jimmy –

- Amor, no veas esto – le tapé los ojos a Jimmy y lo comencé a besar –

Medio, qué digo medio, todo el restaurante se le quedó mirando a Jeff, el estaba muerto de vergüenza, pero quería jugar, ¿no? Ahora que se aguante.

- Jeff, vámonos, te llevaremos a tu casa, sal rápido de aquí – dijo Jimmy –

Jeff salió corriendo, afuera también había mucha gente, nos subimos al auto y lo llevamos a su casa, se bajó del auto, sus vecinos se le quedaron viendo por que curiosamente tuvieron una fiesta ese mismo día.

- Jeff, no volveremos a ir a ese restaurante, espero que no te pase nada igual, ni mucho menos a mi Robert, cuidate, hasta luego – dijo Jimmy –

- Adiós, cariño – dije en tono burlesco –

El plan funcionó, Jeff estaba avergonzado, mucha gente lo vio, sus pantalones se quedaron en el restaurante, fue tan divertido, recuerden chicas, la venganza es dulce.