Capítulo 9.

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Como sueñan las sirenas.

Fanfic YAOI por Yukino.

Viktor x Yuuri


"nadie sabe que el rey de las mareas la vistió de arrecife y madre perla..."



— ¡PERO QUIÉN DIABLOS DEJÓ QUE EL SALMÓN ESTÉ JUNTO A LA VENTANA!, ¿Ese es el vino con que vas a aderezar al carne?, ¿De dónde lo sacaste, se lo quitaste a algún ebrio en la calle?, ¿Esto es un gazpacho?, ¿Creen que un gazpacho es echar cebollas en agua y ya? No me mires así y empieza a endulzar esa salsa ¡y ni te atrevas a hacerlo con azúcar!

La mansión donde se realizaría la boda estaba en correría sobre todo en la cocina. El novio Nikiforov, estaba volviendo loco a todo el personal encargado del banquete, supervisando cada detalle de la comida. Pero no lo hacía de manera normal, era todo un Teniente. Tenía un delantal y estaba probando personalmente cada plato que se serviría.

— ¿Viktor? —Dijo Leo entrando a la cocina, luego de haberlo buscado por todos lados, algo temeroso que hubiera escapado — ¿Qué estás haciendo acá? —Viktor hizo una mueca de supremo disgusto al verlo.

—Estaba sólo mirando la comida que se va a servir en esta farsa — Dijo con tono burlón —no porque todo sea falso el banquete también tiene que serlo —. Se quitó el delantal y con la mirada le señaló a uno de los chefs los vasos de vidrio para los aperitivos, ya se había quejado de las huellas que algunos presentaban. Empezó a salir del lugar evitando la presencia de su 'novio'. Se llevó la mano a la nuca, lo había hecho durante todo el viaje y Leo ya estaba muy extrañado.

—Deberías empezar a alistarte, no tarda en llegar el juez y los invitados —Habló el hombre mientras iba con Viktor por las escaleras tratando de seguirle el paso.

—Pedí que me buscaran otro traje —respondió el de cabellos cenizos, de nuevo llevando su mano a la nuca.

—Pero tu traje ya estaba listo qué fue lo que...

— ¡¿Blanco? ¿En serio?! —Interrumpió abruptamente Viktor — ¿Qué crees que soy, una niña? Ahora me dirás que esperas que use una diadema de flores y lleve rosas en la mano —Con furia abrió la puerta de la habitación donde ya al parecer estaba el nuevo traje que usaría. Leo estaba en extremo confundido, Viktor jamás, jamás se le había opuesto y menos le había alzado la voz de esa manera. Creyó que iba a ser el mismo hombre sumiso al que podía manipular, al fin y al cabo lo había hecho hasta lograr llevarlo al altar.

—Después de la boda, podríamos ir de luna de miel a...

—Olvídalo. Tengo que regresar a Rusia, el GP es muy pronto y no puedo faltar a más entrenamiento —. Viktor empezó a quitarse la camiseta deportiva que tenía para ponerse al fin el traje. Leo estaba normal y de nuevo esa mirada desafiante de su futuro esposo —Vete no quiero que me veas —. Leo le reclamó pues ya lo había visto desnudo muchas veces. —Pues ahora no quiero que me veas.

—Señor Nikiforov —Entró aprovechando la puerta abierta, uno de los meseros que atenderían la recepción —le envían esto de la cocina, usted pidió que le dejaran probar primero este aperitivo...—Viktor tomó el pequeño vaso de vidrio y les mandó razón a los organizadores que si es que acaso el tomate cherry lo habían cortado con los dientes. Leo seguía confundido, Viktor apenas si sabía prender el horno microondas para poner sus lasañas congeladas.

Como sueñan las sirenas Where stories live. Discover now