Final

939 100 27
                                    



*

*

*

Taemin suspira pesado, una y otra vez, pensando mil veces en lo que ahora tenía; había hablado con Sun y a pesar de que él mismo sentía que no lo merecía, ella fue a abrazarle y a llorar junto a él por Jinki, contándole lo mucho que lo amaba, asegurándole que él jamás quiso dejarlo solo y que siempre estaría a su lado, al final lo había perdonado con lágrimas en los ojos. Estaba también Kibum, con él fue más complicado porque no le gusta que le digan te lo dije, y Kibum tenía toda la razón para decirle aquello. Tanto tiempo y al final había terminado todo en una tarde de café con galletitas dulces que endulzaron esa tarde en la que recordaban su hermosa infancia. Y con quien creyó que sería fácil, no lo fue, hasta Kibum tuvo que rogarle para que salieran a cenar juntos, Jonghyun, quien le dijo que todavía le dolía que los hubiera tratado de la forma en la que hizo, quien le decía que nada sería igual, que le costaría mucho volver a confiar en él.

Vuelve a suspirar recordando ese día en el que fueron cinco juntos a visitar a su hermano, a contarle que ya habían arreglado todo, que no habían malos entendidos, incluso se recuerda prometerle que no volvería a alejarse de ellos, no más.

A pesar de que todo sabía a que tenía solución, había algo que no le dejaba avanzar, que lo tenía ahí suspirando sin remedio, provocando que su compañero de trabajo le mire con pena.

Es que no todo tenía solución.

- ¿Y ahora qué paso? – era Jongin que le saca de su estupor, haciendo ruido mientras se transportaba en esa silla con rueditas que le hacía tan feliz.

Era un vago que no podía ni levantarse a ir al baño, literalmente iba arrastrándose en esa silla hasta la puerta, y si hubiera sido posible hasta se hubiera metido al baño con él.

Dios. ¿Quién rayos había inventado esa silla con rueditas?

- Eres un fastidio – se queja bufando nuevamente.

- ¡Uy! – Jongin retrocede cuando él le avienta un bollo de hojas a la cara – ¿Soy yo o Choi no está dándote como el macho que es?

- ¡Vete a la mierda!

Se molesta más, muchísimo más, incluso se atreve a aventarle un montón de documentos que estaban sobre el pequeño escritorio.

- ¡Ey! ¡Tranquilo! – Jongin le sonríe comprensivo y se pone de pie para recoger todo ese desastre – no tienes que ser tan obvio.

- Y te lo digo otra vez, te puedes ir a la mierda.

Intenta ignorarle, a él y su maldito comentario, pensando en lo positivo, mirando el computador, intentando dibujar los trazos de un nuevo diseño que estaba a su cargo. La entrega era para menos de una semana y apenas podía suspirar como idiota durante todo el maldito día, porque no podía pensar en diseñar una casa, edificio o lo que sea si Jongin tenía razón.

Hacía ya meses de esa charla con Minho en sus cumpleaños. Era esa horrible temporada navideña que le restregaba felicidad y amor por doquier, mientras que él apenas y podía decir que tenía una relación.

Mira una de esas líneas fuera de lugar y se queda perdido en ella. Lo mira y por milésima vez siente un horrible nudo en la garganta. No quería admitirlo, pero lo que sea que tenía con Minho, iba por mal camino.

Aunque Minho se había distanciado de Hyorin, y tenían muchas salidas furtivas sin planes ni nada, en las que se excusaba diciendo que saldría con un amigo, un amigo que quería todo con él. Recuerda las tantas cenas de fin de semana, almuerzos, y hasta esas salidas a bares y discotecas, desde lo más barato hasta esos lugares donde una copa de vino le costaría un mes de sueldo completo.

La única forma - 2minWhere stories live. Discover now