Epílogo

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Meses después...

Estoy comiendo un gran bote de helado mientras lloro viendo una película de amor que al final los protagonistas no se quedaron juntos.

Cuando acabo el helado me dirijo hacia el refrigerador soltando algunos sollozos, paso por un espejo y veo mi reflejo me ha salido un grano en la frente, así que lloro con más fuerza.

Limpio mis lágrimas mientras abro la puerta del refrigerador buscando que más comer para calmar esta depresión. Veo unas fresas con crema y paso mi lengua por mis labios imaginándome su sabor.

Oigo que alguien llega y cuando volteo me encuentro con Dean que tiene una camisa blanca pegada remarcando su cuerpo trabajado y un pantalón negro que dejan ver también sus trabajadas piernas, lleva su saco en la mano.

Se ve guapísimo.

Sus ojos azules me recorren de pies a cabeza y después se encuentran con los míos.

─Te ves muy guapo. ─paso por su lado. ─Seguramente llamaste la atención de muchas chicas hoy.

─Ashley...─su voz suena a reproche.

─ ¿Qué? Solo digo la verdad. ─alzo los hombros.

─ ¿Lloraste? ─me toma de la cara.

─Vi una película donde los protagonistas no se quedan juntos. ─siento mis ojos llorosos otra vez.

Me sonríe con ternura. ─No veas películas tristes.

─ ¿Me serías infiel?

─Ya te he dicho como cinco veces que no. ─murmura con molestia.

─ ¡Mírame, maldita sea! ─me acerco a un espejo. ─Me veo horrible, me salió un enorme grano en la frente, mi pelo está grasoso...y encima esta panza que parece una pelota. ─sollozo.

─Yo te veo igual de hermosa. ─nuestras miradas se encuentran a través del espejo.

─ ¿E-en serio? ─volteo a verlo.

Asiente mirándome con ternura y hasta adoración, se inclina para quedar de rodillas y levanta mi blusa dejando un beso en mi vientre.

─Siempre te he mirado hermosa.

─Pero... ¿Y si no vuelvo a ser la misma? ─sorbo por la nariz.

Se levanta del suelo y me toma por la mano.

─Lo harás. ─besa mi frente.

─ ¿Cómo?

─Puedes hacer ejercicio y ponerte a dieta si es lo que deseas. No te preocupes por eso.

─Bien. ─suspiro.

Ahora que me quiero casar estoy demasiado gorda para caber en un maldito vestido. Así que mi meta será después de aliviarme recuperar mi figura y casarme.

Llevo mi mano a mi vientre, he pasado por demasiados cambios de humor tanto que tengo agobiado al pobre de Dean, una noche lo levanté porque mis malditas hormonas exigían sexo, él estaba profundamente dormido y lo desperté cuando me subí encima de él. Esa noche no recuerdo si lo hicimos más de tres veces, pero termino muy cansado.

Otra noche mis sollozos lo levantaron porque soñé que me era infiel con alguien de su trabajo, y algunas veces me daban ataques de ira y no sé por qué razón solo con verlo me daban ganas de golpearlo yo sufriendo y él con su mismo rostro atractivo de siempre.

─Me iré a bañar. ─avisa y me tengo que morder la lengua para no preguntarle, ¿Tan sucio te sientes?

Desde hace tiempo Dean y yo estamos viviendo juntos en esta casa, vivíamos en el departamento, pero el papá de Dean dijo que debíamos tener un lugar más grande para cuando nazca el bebé.

La Zorra y El Mujeriego (Editando)Where stories live. Discover now