Bloodstream

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Era la quinta vez esa semana, la soledad lo abrumaba, el aburrimiento lo hacía de su presa y la derrota lo obligaba a la misma solución. Había incrementado la dósis, lo peor que podía pasar era morir de sobredosis, lo cual no lo asustaba, en realidad, nada lo asustaba, ya había perdido cualquier tipo de sensibilidad. Cuando la aguja traspasaba su pálida piel solo esperaba la sensación; el escape de la realidad, una experiencia agradable para su cerebro, pero ahora se preguntaba si dicho efecto volvería a él de la manera en que hacía al inicio de sus travesías a otros mundos, porque en ocasiones, el efecto jamás llegaba, y tenía que hacer el procedimiento varias veces seguidas.
Este día, estaba sentado en su sillón, papeles sobre todo el piso, sangre sobre ellos, balas aún tibias en la pared, y seguía jugueteando con el arma de fuego en sus curvados y finos dedos. Estaba perdido, pero no era el viaje que le agradaba tomar.
Decidió inyectarse una vez más ¿qué tan malo podría resultar?
Al fin sintió su mente viajar, justo como le gustaba, mientras se recostaba en el respaldo de su sillón.
-Creí que jamás vendrías conmigo.
La inconfundible voz, no sabía si era parte de la realidad o producto de su imaginación, una tercera opción era que fuera su palacio mental.
-No, no es tu palacio mental, menos tu imaginación y por supuesto no es una alusinacion. Y por desgracia, tampoco estoy vivo- fingió el criminal decepción en su rostro.
-
John había salido toda la mañana y esperaba que a su vuelta, Sherlock estuviera mejor; sin embargo, no era así, todo indicaba que Sherlock estaba consumiendo drogas, otra vez.
-¿Sherlock? A Mycroft no va a gustarle esto, se que dirás qué no te importa lo que diga tu hermano, pero una promesa es una promesa, tendré que decírselo.
Al llegar al sofá se dio cuenta de que algo no estaba bien, Sherlock temblaba con violencia , sus ojos completamente rojos, abiertos y su pecho exhalando con pesar, sin duda la fase final de la agonía. Muy tarde para hacer algo.
-
- Te prometí no decepcionarte, vine a estrechar la mano contigo, aquí, en el infierno.

El criminal sonrió complacido. Sherlock había llegado para quedarse.

Nota: esto fue escrito hace algunos años, solo que lo había olvidado y se había quedado como borrador. Es quizás mi primera idea (inconsciente y lejana) de "The Dynamics of a black hole" 

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⏰ Last updated: Jun 25, 2019 ⏰

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