CAP.7 Tiene la razón

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Narra Emilia
Llegamos Ámbar y yo a su cuarto y no dejó pasar ni un segundo antes de preguntar.

—¿Qué te pasa con Matteo?— válgame Dios, más directa no puede ser Ámbar, ¿O será que tengo escrito algo en la frente?

Algo como «Matteo puso mi mundo de cabeza» «No dejó de pensar en que casi me beso con Matteo» dudé tanto de mí que revise mi frente en el celular, obviamente solo era mi frente sin nada más que un poco de maquillaje.

—¿Por qué lo dices— Dije ya que estaba segura de que Ámbar no me vio con mi mega sonrisa cuando hablaba con Matteo, no entiendo por qué mas puede creer que me pasan cosas con él.

—Por qué literal, tardaste 20 minutos allá abajo y cuando bajo a ver si estás bien estabas sentada en la mesa platicando con Matteo que ni siquiera, sabía que él estaba en esta casa— dijo Ámbar segurísima como siempre, es cierto, había olvidado el hecho de que estuvimos mucho tiempo ahí platicando en la mesa.

—No me pasa nada con él— Dije respondiendo a la primera pregunta que me hizo, tratando de salir de este incómodo interrogatorio.
Ámbar solo se me quedo viendo, con una cara de «No te creo absolutamente nada» por qué había muchas razones para no creerme.

Finalmente dejamos ese tema y terminamos todo lo que teníamos que hacer, para poder irme a mi casa, estaba tan agotada de todo lo que había pasado en este día, un día bastante largo, salí rápidamente del cuarto de Ámbar y de igual forma de la casa, con la esperanza de no encontrarme por tercera vez a Matteo, si, lo estaba tratando de evitar, si lo seguía viendo, menos me lo iba a poder sacar de la mente, solo quería llegar a mi casa, bañarme y dormir, simplemente estaba cansada.

Llegue a mi casa e hice lo que quería hacer me bañé y me dormí, tan profundamente, dormí como un bebé, sin preocupaciones ni nada que molestara.

Al día siguiente desperté feliz, era de esos días en los que te levantas feliz por que dormi este bien, estaba feliz.
Al levantarme de la cama tome mi celular dispuesta a irme a preparar algo de desayunar y al encender mi teléfono había un mensaje que me habían enviado a la 1 de la mañana, era de Matteo.

*No dejo de pensar en ti y sé que tú tampoco dejas de pensar en mí*

Estaba sorprendida, no era sólo yo la que no dejaba de pensar en él, a veces me sorprendo de lo directa y sin filtro que puede llegar a ser la gente, tan capaces de decir todo lo que piensan sin preocuparse de lo que los demás les puedan decir y Matteo ayer y hoy, me había demostrado que es de ese tipo de personas, no se callaban lo que sentían.

No respondí a su mensaje, no lo abrí, no lo había dejado en visto, no sabía que responderle, por qué él al parecer lo tiene claro, pero yo no entiendo que está pasando.

Después de desayunar, me decidí a quedarme en mi casa, para poder aclarar mis ideas y saber que esta pasando conmigo, sin que nadie me interrumpa ni se aparezca poniendo todo mi mundo de cabeza, no más.
Terminó el día y al entrar a la cama me di cuenta de que ahí sentada sin hacer nada no iba a encontrar ni una respuesta yo no puedo pensar claro si no patino, tengo que patinar para pensar claro que es lo que me está pasando, pero ya es tarde, no puedo salir a patinar a estas horas, tendrá que ser mañana por la mañana.

Al día siguiente no me levanté para nada temprano, me levante cuando creí haber dormido lo suficiente para pensar con claridad, era hora de salir, tome mis patines, mi casco y mis protecciones, estaba lista para ir a dar la vuelta, no fui a ningún parque, no fui a la pista, ni a un lugar dijo dónde pudiera llegar a patinar, solo iba en la calle sin rumbo sin buscar a nadie, creo que es lo peor que puedo hacer, no buscar a nadie por qué me encuentro a todo el mundo, pensé esto cuando yo iba pasando justo por el parque a donde llegamos Matteo y yo y lo vi sentado en la banca en la que casi nos besamos.

Aún que dije la última vez que nos vimos que prefería aclarar mis ideas antes que verlo, aún sin mis ideas puestas en su lugar decidí ir a donde estaba él, esta vez sin sentarme en la banca...

Llegué y estaba Matteo con la cabeza agachada así que decidí preguntarle por qué me había mandado ese mensaje.

—¿Por qué me mandaste ese mensaje?— dije con seguridad, dispuesta a saber que le pasa, al principio volteo extrañado, pero cuando me vio soltó una pequeña sonrisa.

—Por qué es la verdad— dijo Matteo sonriendo.

—Pues te equivocas, yo no estoy pensando en ti todo el tiempo— si lo dije, lo sé, es una total mentira.

—Tienes razón— dijo Matteo, obvio siempre tengo la razón, pero enseguida dijo.

—No solo en mí, si no también en lo qué pasó justo en este lugar— estaba totalmente seguro de lo que decía, por qué era verdad, al terminar su frase solo pude quedarme callada, no tenía nada que decir, estaba... en blanco, cada palabra que dijo era cierta.

¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•Where stories live. Discover now