Kirishima Eijirō

1.4K 230 137
                                    

La presión de conseguir mi propia aceptación

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

La presión de conseguir mi propia aceptación

══════════════════════

La misma pesadilla se repetía constante en mis sueños.

La agonía de estar atrapado, paralizado... era lo peor. Aunque con el tiempo, me había acostumbrado. Obviamente, esto no se lo había contado a nadie. Ya que yo ya sabía el significado del miedo que me acompañaba cada noche. Era algo normal en mi día a día, pero que en cuanto cerraba los ojos y dormía, mi inconsciente me bombardeaba de todas las maneras posibles con la verdad. Una verdad que escondía y que todavía a día de hoy, no admitía.

Desde pequeño, como cualquier niño normal criado en un entorno social de este siglo, fui testigo de las etiquetas y de los roles que te clasificaban. El más evidente, el bache número uno que todo niño ve; la edad. No es tampoco el problema más grave del mundo, solo te molestas cuando la discriminación es notable. La percepción de los niños es envidiable, el aguantar que todos estén diciendo que están por encima de ti es horrible, y además te lo indican a cada rato, porque así son los adultos, les gusta el control.

Pero bueno, esto tan poco está tan mal. Al ser niño, también buscas protección y seguridad, alguien completamente confiable por tu inexperiencia en la vida.

Básicamente, justifico esta diferencia.

Porque todo se complica en el segundo problema.

El género.

Desde siempre he sido bastante introvertido y solitario, me gustaba jugar sin nadie y solo hablaba si era completamente necesario. A la edad de los cinco años, empecé a notar unas pequeñas diferencias, todavía no muy marcadas, pero que se van creando con los años.

Niñas a un lado; jugando a las cocinitas, a mamás y a papás, o a bailar.

Niños al otro lado; corriendo, peleando, y con juguetes de acción.

Como ya he dicho, la línea no estaba muy definida por aquel entonces. Podías ver a alguna niña correr como una gacela con los más traviesos, o a un niño siendo uno más en la familia ficticia de las niñas.

Al estar apartado, veía todo esto desde fuera. No me había planteado nunca jugar con ninguno de los dos, ya que me gustaba estar por mi cuenta. Con ojos curiosos, observaba lo que pasaba cada día. Al final, como es normal, un niño se acabó acercando a mí.

Sus ojos enérgicos me animaron a unirme al juego. No me negué, ya que probar aquello que tanto les divertía me parecía emocionante. Fue ahí cuando empecé a unirme al grupo que tanto había observado. En esa pandilla, había una niña muy amable que me conquistó en el primero momento, era simplemente perfecta. Seria, responsable, madura y con una capacidad de liderazgo increíble. Nuestro grupo de amigos era el ideal, guiado por la única chica.

【Inverted】- PAUSADAOnde histórias criam vida. Descubra agora