Capítulo 15

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Caleb y yo manejamos hacia la capital de la ciudad como si no tuviéramos problemas; supongo que el no tiene ninguno. Es decir, es rico, atractivo y piensa que ganó. Piensa que se llevó a la chica. Si yo fuera él, estaría organizando una fiesta. 

Nirvana grita en nuestros oídos con una canción llamada Silver. El sol aún está afuera, no calentando mi piel como lo hizo esta mañana, ahora está ardiendo. Al igual que el toque de Caleb. 

Puede que no me sienta asqueada como lo hacía hace días, pero aún me enoja. Su mano acaricia mi pierna, arriba y abajo con las yemas de sus dedos mientras le sonrío. Si un par de desconocidos nos vieran desde el exterior de la ventana del automóvil, jadearían o suspirarían al ver nuestro supuesto amor. Luego, el comienza a cantar de la nada. Está feliz, nunca lo había escuchado cantar antes. Quizás es porque, este es nuestro primer día real en el que estamos solos. Él y yo solos, fuera de su mansión. 

Nos detenemos en un semáforo y él mueve su cabeza de un lado a otro mientras canta con los ojos cerrados. Lo miro con asombro. El hijo de puta está tan feliz. Cuando abre los ojos para volver a conducir, ya no estoy mirándolo. 

Estoy mirando por la ventana, pero incluso eso me enoja. Cada persona que veo está sonriendo, o corriendo, o comiendo y riendo a carcajadas. Me liberé de una parte de mí esta mañana, pero nunca podría dejar ir mi enojo. Lo odio. Lo odio tanto. Odio su risa, odio sus hermosos y perfectos dientes. Lo odio tanto que podría empezar a llorar ahora mismo.

Su voz me saca de mis pensamientos rencorosos hacia él.

—Has estado tranquila, amor —musita suavemente. Lo miro y sonrío con mis labios.
— Solo estaba pensando, ¿sabes? — Me detengo y dejo salir de mis labios un dramático suspiro —. Hoy, por fin veré la tumba de mis padres por primera vez y también el lugar donde nos conocimos. Es bastante agridulce.

Hace un pucheros adorable con su labio inferior y mi corazón salta con ira.

Él detiene el auto en un estacionamiento privado y me acerca a su cuerpo. Pone mi cabeza en su pecho y acaricia mi brazo con su mano.

—Lo siento tanto, Karlie. Si pudiera traerlos de vuelta a la vida, lo haría por ti. Lo sabes, ¿verdad?

Sí, lo sé, Caleb —. Esas son las únicas palabras que puedo decir. Porque podría perder la cabeza tan fácilmente en este instante si sigo hablando.

Pero no lo harás, me digo a mí misma. Hay mucho en riesgo. Y la recompensa por tanta paciencia será preciosa y dulce, como la venganza —. Y lo aprecio mucho, mi amor.

—Primero, irás a ver a tus padres y luego recorreremos la ciudad.

Salgo de su caro automóvil, finalmente respirando aire limpio. Todo dentro del auto huele a él y su olor contamina mis pulmones. Salimos fuera del estacionamiento privado y tan pronto como vemos gente, Caleb camina a mi lado y toma mi mano con fuerza. Incluso la forma en que me agarra, denota cuánto poder quiere tener sobre mí. Cuánta poder cree tener sobre mí. No soy más que un objeto para él, Un trofeo. Algo que él puede llamar ''suyo'' como una posesión.

Caminamos frente a un parque; las chicas lo miran con asombro y lujuria, pero a mí me miran con disgusto, seguramente celosas y preguntando cómo demonios he tenido tanta suerte.  Definitivamente he tenido suerte, pero no de la buena. Idiotas, se los regalaría, si pudiera. Y mientras más chicos me miran, más crece su control sobre mí; mira a los chicos como si quisiera matarlos y me asusta, porque sé que es capaz de hacerlo.

Para detener su locura y sus celos, me detengo en medio de la acera y lo beso de la manera más posesiva que puedo. Él me devuelve el beso y trata de apretarme el trasero, lo dejo para que los chicos dejen de mirarme, porque en realidad podrían morir. Termino el beso y después de eso, soy yo quien tiene el poder. Él ya no sostiene mi mano, sino que caminamos uno al lado del otro en una perfecta armonía que se deja de existir al momento en que llegamos al cementerio.

Karlie's nightmare Where stories live. Discover now