Capítulo II: Amargura; Como Cuando se Discute y se Termina Mal.

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  Le echó una rápida ojeada a la puerta y luego volvió su mirada hacía el frente, específicamente hacía la nada, porque miraba sin ver, estaba tan ensimismada en sus pensamientos que ni se había dado cuenta que lo que miraba era la limpia alfombra.

Soltó un suspiro por lo bajo mientras apretaba la tasa de té que tenía entre sus manos. Sentía un pesar bastante grande en su pecho, era como un vacío extraño, como cuando uno sabe que algo ocurrirá pero no sabe qué exactamente es lo que pasará. Ladeó sus labios y volvió a mirar hacía la puerta. Nada.

Bien. Era primera vez que Goku salía solo desde que se habían casado, ella misma le había dado el permiso para que él fuese a entrenar pero... ¡Si que se había pasado! Era bien entrada la noche y él aun no llegaba...

¿Y si Goku se había ido para siempre? Él prometió casarse con ella, más nunca prometió quedarse.

Le escocieron los ojos y le picó la nariz. Estaba a punto de llorar, pero se aguantó. No debía llorar, no debía hacerlo, no... No.

La primera lágrima, la más caprichosa resbaló por su mejilla con suma lentitud, humedeciendo la piel blanca de la joven para luego caer por su mentón y perderse en el vacío. Con la manga de su camiseta se limpió la segunda lágrima que había caído, era inútil, ¿para qué luchar contra algo más fuerte que ella? Entonces dejó que las lágrimas siguiesen brotando de sus ojos tan negros como el azabache. El primer sollozo salió de sus labios y ya no se pudo controlar. Se largó a llorar con amargura. ¡Goku la había dejado! Todo había sido una trampa por él, él le había pedido permiso para poder salir y así poder al fin escaparse, irse y no volver más.

¿Cómo no se dio cuenta que esto podía ocurrir?, era obvio, Goku pronto se aburriría de ella y la dejaría, eso era común en muchos matrimonios.

Se divorciaban.

Un estremecimiento le recorrió la columna vertebral. ¿Goku vendría con algún papel como divorcio? Lo dudaba, lo más seguro era que Goku ni siquiera supiera qué es un divorcio.

Otro sollozo escapó de sus labios.

Decidió que lo mejor era levantarse de la silla, dejar la taza en el fregadero, subir las escaleras, ponerse el pijama y luego acostarse para dormir y pensar mañana en lo que haría.

A esas alturas, ya ni siquiera podía pensar con la cabeza fría.

Tenía miedo, ¿qué más?, sentimientos variados y encontrados... ¿Y si... a Goku le pasó algo? Sonrió con ironía en la oscuridad de la habitación. Tonta no era, a Goku nada podía pasarle.

Subió las escaleras arrastrando los pies, se cambió la ropa con lentitud extrema y luego se acurrucó entre las mantas. Cerró los ojos más no consiguió dormir. Como si su mente quisiese burlarse de ella, comenzó a recordar bellos momentos de su matrimonio... Su dos primeros meses, sus variados besos, las sonrisas que él le regalaba, su mirada... Gimió por debajo de las mantas. Le dolía tremendamente el pecho, era como si alguien estuviese haciendo una fuerte presión junto en el lado izquierdo... ¡Kami-sama como dolía!

Un ruido la sobresaltó, la puerta chirrido de la puerta al abrirse, se encogió aun más entre las sábanas. Su corazón en su pecho brincó y eso fue una señal para saber que quien entraría por esa puerta no era nada más, ni nada menos que Goku. Son Goku.

Como Una Primera Vez ♡GoChi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora