Suspire por décima vez. Enterré mi rostro en la almohada y patalee golpeando con rudeza mi cama. Sintiendo al abrazador calor no era de extrañar que el sudor recorriese cada parte de mi cuerpo, seguramente debería tomar un baño antes de dormir.
-Déjame ver si entendí.
Bufe y rodee los ojos. Mi paciencia se había marchado en un avión hace ya más de media hora.
La chica de larga y negra cabellera toco bruscamente mi muslo para llamar mi atención y que me dignara a verle a sus brillantes ojos cafés, ella la fémina denominada Daisy, mi amiga.
Removiéndome logre sentarme sobre la cama con las piernas abiertas.
-El tipo desconocido con el que hablas-me miro seria como que esperase a que confirmara sus palabras. -Estudia en nuestro instituto.
Asentí. A lo que ella en respuesta salto en la cama emocionada, con una sonrisa dejaba a la vista su blanca dentadura. Lo único que logro en mí fue que debido al movimiento de la cama las tetas me rebotaran.
-¡¿No es emocionante?!
La fulmine con mi café mirada y bufe en señal de reniego-No.
-¿Por qué?-interrogo con un mueca de disgusto.
-¡Cree que tengo pene!-dije exasperada al jalar de mi castaño corto cabello y dejarme caer sobre mi cama.
Daisy dejo de saltar cuando escucho la notificación de un mensaje en mi celular, se puso en pie y se lanzó a mi móvil cual tigresa al pobre e inocente ciervo que le servirá de alimento.
Sonrió picarona-El novio de Marcos te mando un mensaje.
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¡Ups! # equivocado
Short Story¿Qué pasaría si un día cualquiera recibes un mensaje de un desconocido? -Maldición Marcos. ¡Responde! -¿Quién eres? Un error puede llevarte a...
