Camino

200 19 6
                                    

Alce mi rostro dejando que mis cuencas oculares se deleitaran con el majestuoso cielo teñido de gris. Una intrépida gota de agua cayó sobre mi nariz y una gélida ráfaga de aire rozo mi piel provocándome escalofríos. Saqué de mi mochila una sombrilla roja con puntos blancos, y la abrí para protegerme de la torrencial lluvia que amenazaba golpear con violencia este diminuto lado del mundo.

Paso a paso me acercaba hacia la entrada del instituto mientras el grueso manto de agua ocasionaba un estruendoso ruido al tocar bruscamente los objetos en su camino.

Sentí un cálido cuerpo sujetarme desde atrás, rodeándome con sus brazos. Mi cuerpo dio un respingo ante el repentino encuentro de masas.

—¡Hola K!— le escuche saludarme muy cerca del oído.

Me removí—suéltame...Vas a dejarme sorda.

Me libero del agarre para arrebatarme de las manos mi paraguas. —Que casualidad encontrarte por aquí—. Amablemente camino a mi lado, sosteniendo firmemente el escudo que nos protegía de la lluvia.

—¿Qué haces aquí?

—Aquí estudio—dijo irónico.

Chasque la lengua—Se supone que vienes en auto, ¿por qué estas cerca de la parada del transporte público? —replique.

—Ah eso—rio exponiendo su dentadura—Llegue al estacionamiento y corrí hasta aquí para verte desde muy temprano.

Apreté mis labios y desvié mi vista hacia el mojado suelo decorado con charcos y a mis sucios zapatos. "¡¿Qué se supone tengo que decir?!"

—No tienes que hacerlo.

Se encogió de hombros restándole importancia—pero me gusta hacerlo.

"Repito ¿Qué se supone tengo que decir?" El intrépido corazón encerrado en mi pecho dio un salto. Toque mi mejilla—¿Qué te paso?

Y él involuntariamente toco la suya—Ah, te dije que mi ex se puso violenta—contesto despreocupado.

Un rasguño de considerable tamaño se cernía sobre la blanca piel de su cachete.

Fruncí el ceño—No dijiste que ella termino contigo, ¿por qué está enojada?

Asintió eufórico—es lo que no entiendo—bufo molesto—ella claramente me dijo, "cerdo asqueroso, ¿cómo te atreves a engañarme? ¡Y con un hombre!, eres lo peor, no quiero verte nunca, se acabó"—expreso imitando la voz de la chica.

Intente contener la risa que crecía desde mi estómago pero mis labios no fueron capaces de ocultarlo por lo que termine soltando una carcajada—como imitador te mueres de hambre.

Con una mueca de enfado me replico—ese no es el punto.

El sonido de la lluvia y de mi risa se mezclaron sin darle paso a que el silencio hiciera su aparición en nuestro camino a la institución.

Abruptamente sentí como si unas dagas se incrustaran en mi cuerpo, las que seguramente me pondrían muchos metros bajo tierra. Con un poco de dificultad divise a los lejos una figura más alta que yo, sin embargo por la distancia no pude apreciar algún otro rasgo.

—¿Qué pasa K?—me pregunto mi acompañante.

Mi cuerpo se estremeció a lo que en respuesta me auto-abrace—creo que me duele la barriga de tanto reír.

Bufo con orgullo—¡Es el Karma!, eso te pasa por burlarte de la desgracia ajena.

¡Ups! # equivocadoWhere stories live. Discover now