ONE SHOTS ❆ MARVEL CAST

5. Robert Downey Jr.

Título: Borrachera

Robert Downey Jr.

Advertencia: Alcohol, embriaguez y mucha estupidez. Algo un poco triste 

♦♦♦

Eran las tres de la mañana y dormías plácidamente en tu casa, todo estaba en completa tranquilidad, hasta que tu teléfono sonó.

Sonó y sonó hasta que te viste obligada en despertarte y atender.

—¿Qué pasa? —dijiste con la voz adormilada.

—Necesitamos que vengas a buscarlo, siento llamar a esta hora —dijeron del otro lado y sabías de quien se trataba.

Suspiraste y dijiste que estarías en camino antes de colgar.

Esto era lo que tenía ser la asistente personal de Robert Downey Jr.

Sentiste nuevamente tu teléfono sonar, esta vez en un mensaje, el cual indicaba dónde carajos estaba Robert haciendo pendejadas igual que siempre.

Era un hombre, bastante grandecito, pero igual seguía comportándose como un adolescente idiota.

Te levantaste con la fuerza que pudiste y sin siquiera molestarte mucho en cambiarte, sólo te pusiste el abrigo y zapatos, para no ir en pantuflas de conejito.

Condujiste en tu auto, hasta la fiesta privada que se estaba celebrando en la mansión de algún millonario. No sabías quién era, a qué se dedicaba o si lo conocías, nada te importaba. Sólo sacar a Robert de allí, porque si te llamaron era porque verdaderamente estaba ya fuera de control.

La persona de seguridad, ni preguntó tu nombre, te dejó pasar al instante. Comenzaste a caminar, rumbo a donde se encontraban todas las personas amontonadas, sabías que él estaría por ahí.

Encontraste a Alex de camino, tu amigo quien te había llamado.

—Lo siento, lo siento, no me mates —comenzó una vez que estuvo lo suficientemente cerca para que le escucharas—. Pero ya no sabía que más hacer, está fuera de control.

Asentiste sabiendo que no era la primera vez y quizá tampoco la última.

Era agotador tener que ser su niñera, pero era tu jefe y en el fondo lo querías demasiado como para darle la espalda y dejarlo borracho pasando vergüenzas.

—Descuida, es mi trabajo después de todo. Sólo dime dónde está para así largarme de una vez. Alguno de nosotros tenemos que trabajar para pagar las cuentas —dijiste bastante molesta.

El problema no era con él, pero de todos modos fue inevitable no sacar tu lado molesto.

Alex no dijo nada, sabía que estabas así por el hecho de levantarte en la madrugada por una situación así, más no estabas molesta con él. Sólo eso le importaba.

Él de inmediato te llevó hasta donde estaba Robert tirado en el sofá.

Suspiraste e hiciste que dos hombres de seguridad te ayudaran a llevarlo al auto, tal y como a un bebé.

Ya no estabas tan avergonzada, no era la primera vez que sucedía y con el tiempo ibas perdiendo la poca dignidad que te quedaba.

Además, que luego de los rumores de infidelidad de Robert con su esposa todo fue incluso peor, ya que eras la otra parte del triángulo en todo ese asunto, aunque no era verdad.

Quizá si sentías cierta atracción por ese hombre, pero no te habías metido con él y menos cuando aún estaba casado.

Ahora que no lo estaba, tampoco pretendías hacerlo, no querías que la gente hablase, porque eso sucedería si simplemente te le insinuaras.